Presentación de Brink, o la reconciliación con Koch Media.

Hace unos meses asistimos a una de las más desgarradoras historias de amor no correspondido desde tiempos inmemoriales; más pasionaria que Romeo y Julieta, más desgarradora que Don Juan Tenorio: Game Over y Koch Media. Tras las disputas sufridas en la presentación de Deux Ex, parece que la compañía ha querido reconciliarse con Game Over invitándonos a la presentación¹ en el Café Marca de Madrid de Brink, ese juego que, al parecer, iba a revolucionar los FPS.

No sabemos si, a juzgar por la acogida que tuvo Koch Media con nosotros, estaban muy gozosos de tenernos allí, pero además de no preguntarnos de qué medio éramos hasta que llevábamos más de una hora allí y nuestra cara de aburrimiento era mayor que la de un mudo jugando al Singstar, no se puede decir que nos hicieran mucho caso. Al menos había un camarero a nuestra disposición al que muchos, ante este panorama desolador, ya le encargaban cervezas a las 11:30. Para alegrar la mañana.

Con nuestra Coca-Cola light en mano, pudimos probar el Brink en línea con otros jugadores y contamos, además, con la presencia del guionista del juego. Nadie nos dijo quién era, pero al escuchar que un hombre de dos metros y de más de 100 kilos hablaba en inglés dedujimos que era alguien importante, como todas las personas que hablan en inglés. Así que investigamos mediante nuestra base de operaciones secreta y descubrimos que era Ed Stern, el guionista principal de Brink.

Pese a su presencia, no podemos afirmar que el guión de Brink sea el elemento que más destaca de él, aunque se nota que lo han querido dotar de una historia que no lo convierta únicamente en un mata-mata sin sentido. Sin embargo lo de dotar de historia no supone algo innovador, ya que numerosos títulos como el Half Life o BioShock ya lo habían incorporado. Lo verdaderamente llamativo de Brink es su modo multijugador que soporta hasta 16 jugadores, en el que cada uno pertenece a un bando u otro y el objetivo es acabar con el contrario. Se pueden manejar a 4 perfiles de personajes: médico, soldado, operario e ingeniero.

Se respiraba un ambientazo.

Aunque nos fuera vendido como la revolución de los FPS  que cambiaría la historia y traería la paz mundial, lo único llamativo que nos encontramos es este modo multijugador, muy entretenido y dinámico, eso sí. Pero con esto nos viene la pregunta obvia; si jugando fuera de este modo también merecerá la pena, ya que en el modo multijugador podemos afirmar que sí. Los escenarios son más de lo mismo visto hasta la fecha en el género; no aportan nada nuevo gráfica ni funcionalmente, pero tampoco resultan confusos y es muy sencillo situarse y saber qué camino seguir. Los controles resultan excepcionales, prácticos y muy sencillos y, finalmente, los gráficos, con esa impresión de dibujo animado que todos teníamos al ver el tráiler, tampoco son revolucionarios, es más, parece que a día de hoy se han quedado algo desfasados.  Los personajes están dotados de un alto grado de personalización gracias al potente editor de personajes. Así podremos manejar desde un tirillas pringaete que cura a sus compañeros, hasta al soldado más grande y musculoso.

Por tanto, aunque Koch Media no lo presentara tal y como un videojuego de estas características lo merece, no podemos decir que estamos ante un antes y un después en los FPS, pero sí ante un juego con un enérgico gameplay y con una gran cantidad de misiones distintas que nos ocuparán infinidad de horas. El amor correspondido fue breve, pero fue bonito mientras duró.