Revista Cultura y Ocio
“Hoy el Aire Huele a Ti”
Autora: Mariela Villegas R.
Novela de Romance Erótico
Idris Carrigan y Patrick Raynolds son amigos desde hace mucho tiempo. Sus destinos se han visto apartados momentáneamente por razones como el matrimonio y decisiones con resultados escabrosos. Pero una noche inesperada, en un sitio donde las almas sólo buscan placer, volverán a hallarse, por primera vez solteros y con ganas de acompañar sus soledades. Algunas parejas son unidas por el amor, pero ¿qué ocurre cuando es el sexo, la pasión y el dolor son los que te atan a la otra persona? Ambos estarán a punto de averiguarlo y definitivamente se verán envueltos en un sube y baja de emociones… al menos hasta que uno de ellos descubra el secreto del pasado del otro. Una historia con narrativa fresca y contemporánea con la cual los lectores se pueden identificar.
Idris es una joven que ha vivido una experiencia terrible, no solamente en su matrimonio fallido, sino con cada tipo con el que se ha topado. Es una mujer sumisa en la cama, pero tiende a actuar muy honestamente en cuanto a sus sentimientos, dejándose llevar por ellos. No es la típica protagonista amable, tierna y dócil. Es sarcástica, graciosa y muy entregada a su sexualidad, la cual sabe que es el arma más poderosa que posee. Nunca pensó en enamorarse y menos de Patrick, al que conoce como el peor de los mujeriegos, con una pésima reputación y un misterio escondido en su mirada penetrante y salvaje. Es un hombre que lucha por lo que quiere, y su tremendo magnetismo y pasión le son de gran ayuda a la hora de conseguirlo. El contraste entre estos personajes se vuelve algo magnífico cuando están juntos. Las sonrisas con el dolor, los sarcasmos con la dulzura que ambos desconocen, la vida con la muerte de sus almas, que apenas comienzan a recobrarse de sus terribles andanzas anteriores. Idris y Patrick son la pareja que todos desean para sí, pero que nadie admite necesitarla.
Prefacio
Un destino que une y separa al mismo tiempo a dos almas. Amigos de hace años que descubren, gracias a la cercanía de los cuerpos, un mundo diferente, erótico, sensual y precario. Idris y Patrick, personalidades similares y muy distintas a la vez, volátiles, vehementes, se encontrarán envueltos en la más tórrida relación por circunstancias que ellos mismos han creado. Intentando escapar de sus pasados, hallarán un futuro alternativo lleno de altas y bajas, pero donde siempre permanece una cosa: la pasión en una melodía.
Capítulo 1
Ella era una mujer recién divorciada, aunque su juventud se notaba en la belleza de su perfecta piel broncínea, firme y divinamente apretada a su estructura delgada, más delgada de lo que solía estar, porque la depresión arrasaba con su sanidad. Sus pupilas verdes y profundas dejaban ver una opacidad dentro de la cual se podía vislumbrar los mil años que las heridas habían acumulado en su corazón. Era un cuerpo jovial que encerraba un alma cansada. Pasaba muchas horas de la noche durmiendo y cuando por fin se despertaba, se cubría con las sábanas para no dejar entrar lo que el nuevo día tenía para ofrecerle, simplemente porque sabía con exactitud lo que le esperaba: otra buena cuota de llantos y dolor agudo, esterilizante, otro calvario fulminante distribuido en segundos, minutos, horas… Otra percepción demoníaca de lo terrible de su soledad y de la magnitud de sus laceraciones. Inhalaba profundamente y se ponía de pie, pero ya no podía dejar de moverse, lo sabía. De otro modo, se sofocaría entre memorias que latían junto con su agobiado corazón. Observaba todo bajo el manto gris de su desdicha. Si acaso hacía una comida al día (eso si no se presentaban las imágenes de su amado malicioso para arrebatarle el apetito) e iba a trabajar al kindergarten por mera obligación, por cumplir con su función en la humanidad, a pesar de nunca haber tenido clara cuál era esa función. Su nombre era Idris Carrigan.
Él era un joven lleno de vitalidad, aunque distaba mucho de ser saludable. Sus días transitaban por el efímero camino del hedonismo. Los fines de semana, se iba de fiesta en fiesta para esconder el vacío en su alma y la carencia de honestidad hacia sí mismo. Su única meta en la vida desde la devastadora ruptura con su antigua novia, consistía en follar a cuanta mujer pudiera para recuperar un poco de lo mucho que había perdido. Ya no la amaba aunque le fuera imposible olvidarla, cosa que intrínsecamente intentaba con fuerza bruta. Su quebrantamiento con Yolanda era insoluble, como un espejo que se rompe en mil pedazos. Era simplemente estúpido pensar en pegarlo de nuevo… nunca dejaría de ver las grietas en su propio reflejo. Por lo tanto, derrochaba sus mañanas y tardes en el gimnasio, siendo un instructor de los mejores, y una vez que llegaba a casa en las noches completamente cansado y aburrido de su persona, encendía la tele y miraba su serie predilecta, “Breaking Bad”, hasta que los ojos se le cerraban. Era su rutina entre semana, pese a que había días distintos. Algunas veces con todo y el agotamiento físico, precisaba del calor de un cuerpo femenino, así que levantaba a alguna de las mujeres a las que instruía en el “High Impact Center”, ubicado en el centro de Atlanta, la capital de Georgia, o de plano se iba a algún bar para conocer carne fresca y novedosa. Siempre terminaba seduciendo a alguien, puesto que su encanto era innegable (estatura elevada, piel morena y limpia, cabello corto, negro igual que sus ojos, un tanto despeinado, y músculos amplios que invitaban al pecado). Era un amante fogoso y diligente, pero cuando terminaba sus juegos de galanteo, lo primero que le venía a la mente era escapar, salir corriendo con cualquier pretexto por más estúpido que pareciera (tengo que pasear al perro; tirar la basura; regar las plantas, entre otros), así que nunca llevaba a nadie a casa. No era feliz. Sin embargo, todo el juego evitaba que pensara en la cabida de alguna diferencia entre su vida anterior y la presente. Su equipaje ya era en extremo pesado como para añadir otras cosas a cuestas. Su nombre era Patrick Raynolds.
Ellos eran amigos hacía unos diez años. No se veían tan frecuentemente como quisieran desde que Patrick se había ido a vivir con Yolanda e Idris se casara, pero el cariño que se tenían era indudable. Alguna vez, en una noche de bohemia, él le había confesado a Idris que le gustaba mucho, que la quería para sí, que sabía que algún día estarían juntos. Ella sonrió ante el halago, aunque lo negó rotundamente en silencio porque le conocía lo suficiente (o creía conocerle). Sabía la clase de hombre que era y no deseaba que le rompieran el corazón, por lo que le regaló un beso en la mejilla, le miró a los ojos y dijo:
–Algún día.
Patrick intentó robarle un beso y ella volteó el rostro. Se olvidaron de la situación cambiando de tema. Idris le apreciaba mucho como para arriesgarse a perder su cariño.
Se conocieron gracias al hermano de Patrick, Darril, que era pareja de Lena, la mejor amiga de Idris. La idea original era que Pat e Idris se vieran, se deslumbraran con sus encantos externos e internos, y se enamoraran, pero como todos sabemos eso no sucede en la vida real. Patrick era más joven que Idris y a ella le resultaba muy inmaduro, a pesar de que físicamente le había atraído sobremanera. La chica dijo un simple no, restándole importancia al chico de ojos negros, y continuó moviéndose hacia una ruta más segura, la de la confraternidad. Él hizo exactamente lo mismo, con la diferencia de que la chispa sí se encendió en su corazón, aunque tuvo que condenarla al arraigo por tiempo indefinido.
Los años fueron pasando y siguieron viéndose aquí y allá, formando un enlace fuerte pero sin mayor relevancia. Hubo consuelos y caricias tímidas por parte de ambos cuando lo necesitaron, aunque eran solamente eso, aliento brindado a un ser querido. Patrick encontró a Yolanda, una antigua compañera de oficio de Idris. A pesar de que se llevaba con ella, Idris no fomentó ningún vínculo real con la pareja, ya que su matrimonio con un empresario exitoso de bienes raíces llamado Jace Lewis, consumió casi enteramente su tiempo. Pero el presente llegaría para jugarles la trastada de sus vidas…
*Nota de la Autora Mariela Villegas R:Novela inspirada en la canción “Hoy el Aire Huele a Ti” del compositor Juan Carlos Calderón, interpretada por el cantante Luis Miguel en su décimo primer álbum “20 Años”. 18 de Mayo de 1990.
"Soy escritora mexicana nacida el 29 de enero de 1983. Estudié Licenciatura en Lenguas Modernas y ahora trabajo como maestra de una escuela secundaria en mi ciudad natal, Mérida, Yucatán.
No podría decir que los primeros años de mi infancia se vieron definidos por la palabra escrita, puesto que comencé a leer hasta que cumplí la mayoría de edad. Siempre me gustaron las historias de tonalidades obscuras, y el libro que marcó mi tendencia a escribir novelas de amor sobrenatural fue "Entrevista con el vampiro" de la maravillosa Anne Rice.
Podría definir mis historias como "relatos de sangre y pasión". Soy una mujer de fuego y hielo, con tantos matices como la vida misma. Amo todo tipo de libros pero me enfoco en los inmortales porque creo en el amor eterno y me gusta pensar que en este universo existe la opción del bien y el mal, y la que sea que se escoja también optará por tomarnos a nosotros. Considero que la inmortalidad se puede alcanzar mediante la trascendencia de nuestras ideas. Escribir significa la realización de mis sueños, y resulta maravilloso poder compartir mis mundos con mis lectoras. Gracias por hacerme parte de sus vidas".
No pueden perderse esta nueva historia de la escritora mexicana que promete mucho.
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