Presionan a proveedores a no usar facturas negociables

Compass Group SAFI considera que la forma como se aprobó la Ley de Facturas Negociables y su reglamento no ha sido suficiente para lograr su uso masivo.

A poco más de cuatro meses en que entró en vigencia la comercialización de las facturas negociables (desde el 06.06.11) bajo la naturaleza de título valor, esta aún presenta vacíos que generan incertidumbre en las empresas.

“Como la adopción de la factura negociable no es obligatoria las grandes empresas negocian, por no decir conminan, a sus proveedores a no emitir facturas negociables”, sostuvo Giancarlo Botteri, Gerente de Compass Fondo de Inversión Pymes.

Una factura negociable se emite, le ponen un sello que verifica la transacción comercial y si no se impugna en ocho días, a partir del noveno día ya es un título valor.

Riesgo

Opinó que esta situación es bastante riesgosa para una gran empresa porque no sabe dónde puede terminar el documento (factura negociable).

“Debido a que el título valor se puede endosar innumerables veces, puede terminar en manos de una institución que la empresa no conozca y por tanto no sepa a quién ni cómo pagar sus obligaciones”, manifestó.

Agregó que para las grandes empresas que literalmente tienen miles de facturas al mes, se vuelve inmanejable tener que buscar en todo el sistema financiero dónde pagar el título valor, perdiendo el control comercial de sus pagos.

“El mismo diseño de la factura negociable no es muy claro; por ejemplo, no precisa detracciones o retenciones. Entonces, teóricamente puedo comprar el título, pero como voy a estar seguro si el monto que aparece ahí es lo que voy a cobrar”.

Es decir -añadió-, si el monto de la factura que compro es por S/. 100 mil y no especifica que hay una detracción, podría solo cobrar S/. 92 mil y perdería.

A decir de Botteri, aún no se dan las condiciones para que este documento sea negociable masivamente.

Impacto

“La forma como se aprobó la ley y su reglamento no ha sido suficiente para generar un impacto importante en el mercado”, dijo.

Explicó que en el fondo de inversión para pymes de Compass no se ha presentado compra de facturas negociables para financiar a los proveedores. “La idea primigenia tenía un carácter más formal, más obligatorio, es decir, que todos tengan que usar la factura negociable; sin embargo, la ley sufrió cambios en su naturaleza”, concluyó.

Mypes son los que más usan estos documentos

El uso de la factura negociable como título valor aún es nuevo, por lo que crece lentamente, informó José Rizzi, gerente de Productos Transaccionales del Banco de Crédito BCP.

Mencionó que es muy importante que se mantenga la difusión de este instrumento por cuanto aún hay muchas interrogantes sobre este.

“El 95% de los descuentos de facturas negociables que hemos atendido en lo que va del presente año corresponde a clientes de la micro y pequeña empresa, y solo el 5% de clientes a la gran empresa”.

Lo anterior da luces de que es un producto enfocado hacia los proveedores con menos acceso al crédito, concluyó.

Análisis

Evalúan su obligatoriedad

En las reuniones en las que participan representantes del Ministerio de la Producción, Sunat, la Cámara de Comercio de Lima y sector financiero, se está evaluando que la factura negociable sea de uso obligatorio para que se utilice de manera masiva.

Se piensa agregar al reglamento incisos que aclaren cuándo se da por aceptado el título valor. Se percibe que en la banca aún hay cierto recelo para trabajar con este instrumento, por lo que ellos han planteado algunas recomendaciones sobre cómo les gustaría que sea la factura negociable.

Así se busca que pueda acreditar fehacientemente que la cobranza de ese título valor proviene de la operación de venta realizada previamente.

Creo que el interés de las empresas por operar con las facturas negociables está en etapa de crecimiento, considerando sus bondades, como brindar liquidez. Además, si la factura adquirida no se paga en su fecha de vencimiento, se otorga al pagador a través de la vía judicial un plazo de cinco días para cumplir con la obligación. Es un proceso violento para la cobranza.