Quien diga con veintitantos años que no conoce el pressing catch (presin cá para nosotros), en realidad miente o está dando una respuesta que me niego a creer. Para la generación de los 80 junto con las canicas, peonzas y pachangas futboleras representaba a toda una institución y, los tipos duros que pegaban ostias por doquier significaban nuestra fuente de inspiración. La sutileza de sus recursos simplemente parecía apabullante: piquetes de ojos, abrazos del oso, mandobles, sillazos y demás artificios. Un alarde de exquisitas formas para repartir a base de bien, con la puesta en práctica de un ejercicio creativo sólo apto para delicados artistas de extrema profesionalidad: Hulk Hogan, El mosca, Andre The Giant, El hombre del millón de dólares, El poli loco, El enterrador..., es decir, actorazos de los buenos, de esos que ya no quedan: los que bordan interpretaciones dignas de oscar, los irrepetibles, las leyendas del ring. Todo lo bañaban con torniquetes y poses de método, que tú como el ingenuo mocoso que eras no lograbas apreciar. Teatrillos, portentosa genialidad y caídas de inmensas moles con pulcra definición fueron su destacado legado, aunque eso sí (por si algún despistao no se ha dado cuenta) más falsas que un jamón de madera, que hoy reconociendo su "total veracidad" dibujan en tú cara una carcajada constante y, te hacen recordar absurdas lucubraciones repletas de problemas y daños colaterales, cuando pobre de tí, las intentabas emular. Por entonces nada de ñoñerías cantoras de marca disney o wii cerderas de movimiento pendular; a principios de los noventa tener una figura de pressing catch, suponía estar en la cima a base de mamporrazos y patadas. Una mierda de muñecajo articulado dando juego incansable a la imaginación, en un alarde completo de tecnología a tú entera disposición.
Era el espectáculo perfecto, aunque algunos en su momento lo criticaban por ser un producto vacío de contenidos y, según el argumentario presentado estaba destinado a ser consumido en horario y público equivocados. Una perfecta apología de la violencia gratuita, edulcorada con personajes exagerados e histriónicos, tan banales como soeces dentro de un circo que a un niño no se le debía mostrar. Sin embargo, lejos de pretensiones pedagógicas y desprovisto de cualquier discurso moralizante o tendencia a la mínima mejora de la educación social; el pressing catch le pese a quien le pese, fue sin duda una bendita gilipollez difícil de olvidar. Hoy, otros continúan dando leña: Rey Misterio, Gran Khali, Big Show, El enterrador (con 45 años),... pero acabada la infancia, lo mejor de vez en cuando es volver al modelo original.
A continuación los cinco luchadores más emblemáticos:
1. Hulk Hogan.
Nombre real: Terrence "Terry" Gene Bollea.
Nacimiento: 11 de Agosto de 1953 (Augusta, Georgia, USA).
Altura: Solía medir 2 metros, pero problemas originados por la excesiva vida del presin (origen de reumas y demás afecciones óseas) han provocado que ahora este en los 1,92 metros.
Peso: en torno a 130 kilos.
Es la figura e icono indiscutible de la lucha libre a nivel internacional. Quien mejor explotó su imagen mediática con películas, anuncios o apariciones estelares. Engrosando una cuenta cercana a los 1000 millones de dólares.
Hoy por problemas familiares y apuros económicos derivados sus problemas conyugales (el divorcio de su sempiterna mujer le ha supuesto una sangría millonaria), ha tenido que retornar al cuadrilátero y ensuciar gran parte de su leyenda en competiciones y eventos de inferior categoría de la que se le presuponía a su elevado status y edad.
Hulk Hogan contra King Kong Bundy.
2. André The Giant.
Nombre real: André René Roussimoff.
Nacimiento: 19 de Mayo de 1946 (Grenoble, Francia),
Muerte: 27 de Enero de 1993. (París, Francia).
Altura: 2,24 metros
Peso: 240 kilos.
Campeón absoluto del presin cá, sus constantes dolores de espalda y articulaciones le obligaron a reducir sus apariciones y finalmente retirarse de la competición. Junto con Hulk Hogan protagonizo uno de los duelos más míticos de la historia y es también junto al anterior un símbolo histórico del wrestling internacional.
André The Giant contra Hulk Hogan.
Entrevista en 1976, donde se puede apreciar lo enorme que fue André.
3. The Undertaker (El enterrador).
Nombre real: Mark William Calaway
Nacimiento: 24 de Marzo de 1965 (Houston, Texas, USA)
Altura: 2,10 metros.
Peso: 135 kilos.
El más longevo de los actuales, pasados los cuarenta permanece en la brecha. Temido por sus rivales y adorado por el público a partes iguales. Enterraba literalmente a sus adversarios en el ataúd cortesía de su inseparable Pablito Terrores. De vestimenta, presencia y lacónico comportamiento, quizás sea su presencia lúgubre y siniestra junto con la cuidada parafernalia que lo rodean, la mejor definición al secreto de su incombustible éxito.
The Undertaker contra El Gigante González, recientemente fallecido y hasta la fecha el luchador de mayor estatura de la historia con 2,31 metro de alto.
4. Terremoto Earthquake.
Nombre real: John Anthony Tenta.
Nacimiento: 22 de Junio de 1963 (Surrey, British Columbia).
Muerte: 7 de Junio de 2006 (Sanford, Florida, USA).
Altura: 2,03 metros.
Peso: 220 kilos.
Dedicado al Sumo en sus inicios profesionales, inicio su carrera en el presin a principios de los noventa. Poseedor de un estilo inconfundible, sus saltos coléricos alredor de sus oponentes provocaban el temido terremoto que valío su sobrenombre. Llevo a cabo una triunfal carrera por parejas junto a no menos peculiar: Marinero tarugo. Todo un hallazgo para partirse de risa.
Terremoto en plena faena.
5. El último guerrero.
Nombre real: Brian James Hellwig
Nacimiento: 16 de Junio de 1959 (Crawfordsville, Indiana, USA)
Altura: 1,91 metros.
Peso: 125 kilos.
Enemigo o inseparable compañero de batallas de Hulk Hogan, según soplara el viento; ha permaneció en activo hasta 2008 por diversos circuitos de lucha americanos. Su atuendo estridente, pinturas y danzas lo auparon como uno de los más populares.
El último guerrero contra Hulk Hogan. Parte 1.