Revista Cultura y Ocio

Préstamos del pasado remoto

Publicado el 24 enero 2019 por Juan Maria Solare @DonSolare

Muchos de ustedes conocerán esa canción que canta Phil Collins, A Groovy Kind of Love. La canción, incluida en la película Buster (1988), había sido publicada mucho antes, en 1965, por Carole Bayer Sager y Toni Wine, entonces de 17 y 18 años de edad. Numerosos grupos (al menos 44) la incluyeron en su repertorio, por ejemplo The Mindbenders (en 1966).

El texto no es nada del otro mundo: comienza diciendo que “cuando me siento triste, lo único que tengo que hacer es mirarte y ya no me siento tan triste”. OK.

Pero quiero concentrarme ahora en la melodía. Básicamente es una copia idéntica del rondó de la sonatina Opus 36 nr. 5, para piano solo, de Muzio Clementi (1752-1832). Incluso la tonalidad es la misma (sol mayor) en la versión de Phil Collins.

Sí que hay cambios en la armonización de esta melodía, en los acordes que la apuntalan. Lo cual pone a Carole Bayer en el rol de arregladora, no compositora.

Si Clementi hubiera sido un compositor del presente, con derechos vigentes, acaso hubiera podido armar un escándalo y ganar una fortuna por plagio. Sin embargo, legalmente nadie tiene derecho a reclamar – esto es claro. Las obras de Clementi (o de Mozart) están en dominio público y cualquiera puede hacer con ellas lo que quiera.

Aunque se plantea una pregunta adicional. Imaginemos que yo copio una melodía de Mozart o de Beethoven y digo que es mía. ¿Qué diría la gente? Básicamente que soy un pelele, un ridículo. Bien, ¿y por qué es legítimo copiar a Clementi? Porque es menos conocido. Eso es todo. No hay una diferencia sustancial.

Adicionalmente, a mucha gente podría no parecerle éticamente legítimo que alguien amase una pequeña fortuna aprovechando el trabajo de otra persona y se atribuya la autoría de algo que no escribió.

Hay además una cuestión de credibilidad: ¿cómo puedo estar 100% seguro de que otras canciones firmadas por esta persona son realmente de su autoría?

Pero hay algo que reivindica esta pérdida de credibilidad: oficialmente (entre bambalinas, no de cara al público), Carole Bayer Sager (nombre real: Carole Jill Bayer) y Toni Wine figuran como autoras del texto y arregladoras. Y Muzio Clementi es realmente mencionado en la declaración de la obra (ISWC: T-902.549.268-6). Es decir, han procedido de buena fe.

Al relatar cómo crearon esta canción, las autoras se ufanan de haberla escrito en 20 minutos. Puede comprenderse: si uno se limita a copiar la música de otro, poco tiempo se tarda en componer.

[ Juan María Solare, Bremen, 24 de enero de 2019 ]


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