Sin comerlo ni beberlo, las chiquillas de Rosewood han cumplido nada más y nada menos que 100 episodios en emisión, toda una hazaña que pocas series consiguen. No solo eso, sino que Pretty Little Liars ya está renovada por una sexta y séptima temporadas. La confianza de la ABC Family en su producto estrella es más que evidente, aunque son muchas las voces que se alzan algo descontentas y se quejan de que los primeros cinco episodios de esta temporada -salvando quizás el 5x01 "EscApe from New York" y el episodio 100- han sido un poco más soporíferos de lo habitual, lo que viene a ser: que tienen mucho relleno. Es cierto; muchos patrones se repiten, es inevitable, y el espectador comienza a tener la sensación de que ya lo ha visto todo. ¿No sería momento de pensar en cerrar el chiringuito, o al menos pensar en cerrarlo antes de que llegue la próxima Era Glaciar? Sea como sea, las chiquillas seguirán dando caña durante mucho tiempo y, a pesar del pequeño bajón que han tenido, lo cierto es que yo me lo he seguido pasando pipa con ellas, y más con este 5x05 "Miss Me x 100" que, sin ser especialmente redondo o épico, sí que ha sido bueno, muy, muy disfrutable y sorprendente, que no es poco.
¿Qué se cuece por Rosewood 100 episodios y 100.000 "Aes" después del piloto?
Lo que se cuece, principalmente, es Alison, como siempre. La muchacha está en boca de todos, y su regreso dejará con el culo torcido y la boca abierta -tristemente, lo de boca abierta es literal- a todos los palurdos del instituto. Pero ey; Alison viene en son de paz. Saluda a Cindy y Mindy, las gayrons (juego de palabras entre "gay" y "morons", que significa "las bolli-mongólicas". ¿Está mal que te entre un ataque de risa por eso?) y se escuda en sus amigas. Emily, Spencer, Aria y Hanna son más buenas que un trozo de pan y soportan las indiscretas miradas de la peña mientras caminan con Alison cruzando el pasillo principal del instituto con una pegadiza canción sonando de fondo. Momentazo. Era obvio que estaban esperando a este episodio para que Alison regresara al instituto, y han alargado mucho su entrada, en detrimento de la calidad de los episodios segundo, tercero y cuarto, pero la espera mereció la pena. Ali is back.
¡¡Susia mujer endemoniada!!
Sin embargo, no todo va a ser tan fácil. Mona no la traga y se ha propuesto amargarle la vida a modo de venganza por el acoso escolar que sufrió por parte de ella. Sus lúgubres recuerdos de Loser Mona la persiguen. Hay que ver qué complejo con el rollo de ser un "perdedor" tienen en los institutos de Estados Unidos, vaya telita. En realidad Mona debería haberse apuntado a un Glee Club a cantar para canalizar su frustración de forma saludable en vez de haberse convertido en una psicópata, pero bueno, cada uno es como es. Es entonces cuando sucede LA escena entre Alison y Mona en la iglesia. Qué poderío. Los pelos como escarpias. De perlas como "eres una psicópata que atropelló a Hanna" y respuestas que tampoco tienen desperdicio como "pero, tía, los médicos dicen que ya estoy mejor" pasamos a los bofetones. ¡Qué de violencia! ¡Que alguien saque el barro! Desafortunadamente, la escena dura poco: lo suficiente para que Mona la grabe, tergiversando lo sucedido para que al día siguiente todos odien de nuevo a Alison, incluidas las gayrons. Perdón, Cindy y Mindy.Aria: Ojitos de Sapo se siente fatal por haber dejado tiesa a Shana, y se dedica a tomar el té con Jenna para consolarla mientras soba descaradamente a Ezra a lo largo del episodio hasta que finalmente se besan de nuevo y retoman su relación. Qué bonito todo.
Hanna: Lucas, que durante todo este tiempo que ha estado desaparecido estudió en casa con su madre (¿en serio?) invita a Hanna a una fiesta, y la rubia se emborracha. Travis es un buen pagafantas y la cuida, pero lo que él no sabe es que Hanna está hecha un flan por el regreso inesperado de Caleb de ese pueblo de porretas fantasmagóricos que es Ravenswood.
Spencer: Nuestra Spencer atraviesa duros momentos. Su madre está hasta las narices de su padre y le ha mandado a paseo, a él y a Melissa, y escapa con Spencer a un hotel. Pobres Hastings.
¿LOL?
Emily: Ay, Emily. ¿Quién iba a decirte que se cumpliría tu más tórrida fantasía, pillina? Alison, que marea como ninguna, resulta que es bisexual o algo y se ha acostado con Emily, porque los besos que le dio en su momento no eran solo para practicar. En este momento fue cuando las bragas y los boxer de todos los espectadores y espectadoras se perdieron para no volver a ser vistos jamás. ¿Fanfic? No, amigos: esto es la serie.
Y para terminar, nada mejor que un buen cliffhanger: la calle de Spencer explota, el destrozo es épico (me recordó a las famosas catástrofes que asolaban Wisteria Lane, de Desperate Housewives) y el punto de origen de la deflagración (pero qué palabra tan culta de telediario) fue la casa de Toby. Toby se ha quedado sin casa. ¿Puedo reírme ya? ¿Y alguien puede decirle que se corte el pelo? Y, por supuesto, la "sorpresa" final del episodio... la amiga salida de la nada de Emily es mala, y ella forma con Jenna y Mona el club de las Vengadoras. Veremos a dónde va todo esto.
¿Paige...? ¿Quién es Paige...?