Hace ya bastante tiempo, una conocida me explicaba que, a su hijo de tres años, le habían quemados los pies con el agua de la ducha un día que estaba al cuidado de los abuelos. El pobre crío, se llevó la peor parte, pero podéis imaginar al pobre abuelo lo mal que se debía sentir por el descuido...
Cosas como esta, nos pueden pasar a todos. De hecho, el padre de las criaturas, adorador de la Virgen del Eterno Remojo como es él, suele dejar el grifo en posición de agua caliente después de ahogar los platos en dos palmos de agua a casi 60 grados.... Cualquier día, una de las niñas abre el grifo y se chamusca viva ( que a mi ya me ha pasado más de una vez y paso de los cuarenta... ejem... ).
Como os decía, muchas veces no somos conscientes de lo fácil que puede ser que nuestros hijos sufran un accidente doméstico de lo más tonto. La inmensa mayoría de los padres, nos preocupamos de tapar los enchufes, de poner protectores en los cantos puntiagudos de los muebles y de no dejar medicamentos ni productos de limpieza a su alcance... Pero, y sin querer resultar paranoica ¿ Somos conscientes de los posibles accidentes domésticos que pueden tener nuestros hijos ?
Así que, aquí os dejo algunos consejos para evitar riesgos innecesarios:
Los pequeños, son exploradores por excelencia, así que, lo más básico, es hablar y explicarles. Ser claros con las cosas que no pueden tocar y decirles como y porqué pueden hacerles daño. Por ejemplo, a mis hijas les encantan los animales, pero siempre les digo que han de preguntar a los dueños, porque el perro se puede asustar y morderlas. También les explico cuando estoy cocinando que no pueden acercarse y algo salpica o si voy a abrir el horno caliente.
Intentar minimizar las situaciones de riesgo. No vamos a meterlos en una burbuja de plástico, pero tampoco es necesario dejarles que se abran la cabeza para que aprendan. Así que, los muebles, mejor atornillarlos a la pared si es posible, procurar que no hayan papeles o cosas en el suelo que puedan hacerles resbalar, poner pegatinas en los cristales para que no se empotren en ellos,....
Anticiparse a las situaciones que puedan ser peligrosas. Por ejemplo, yo tengo mucha manía con los mangos de las sartenes o de la freidora, siempre los giro hacia dentro para que no queden al alcance de mis hijas, o evito que se acerquen si estoy cocinando algo que pueda salpicar aceite hirviendo... Si pensamos en nuestras acciones, podemos fijarnos en cuales pueden entrañar algún riesgo y, por tanto, actuar de forma más segura.
Vigilar es fundamental. Muchos padres/madres hemos visto como nuestros hijos se caían de la cama o el sofá ante nuestras narices mientras pensábamos que estaban en una situación segura. Hay que tener cuatro ojos puestos en ellos y, sobre todo, no dejarlos solos en sitios donde corran peligro de hacerse daños como son sitios elevados ( cama o sofá ), en la ducha, al lado de una piscina,... etc.
¿ Tenéis más consejos para evitar accidentes domésticos?