Título original: Primal Género: TerrorDuración: 85 minutos País: Nueva ZelandaDirección: Josh Reed Guión: Josh Reed, Nigel ChristensenIntérpretes: Krew Boylan, Wil Traval, Zoe Tuckwell-Smith, Lindsay Farris Música: Rob Gibson Web: primalthemovie.com/
Seis jóvenes viajan a un recóndito y remoto lugar en Australia para estudiar una serie de valiosas pinturas rupestres. Una vez acampan en la zona, una de las chicas es infectada por algo y muta en un primitivo depredador sediento de sangre que sólo quiere alimentarse...
Hay películas con las que te lo puedes pasar realmente bien y pasar un rato más que entretenido con una historia que a priori no parecía ofrecer nada bueno. Primal es una de esas películas que uno ve casi por casualidad y no se arrepiente para nada de haberle dado una pequeña oportunidad. Supone el debut tras las cámaras de Josh Reed, demostrando que en el mundo del cine de terror Nueva Zelanda tiene algo que decir y dejando entrever que este director puede conseguir algo bueno en el futuro.
Primal es una película simple (ya habeís echado un vistazo al argumento...) que no plantea ideas enrevesadas ni rabiosamente originales, sino una historia que va directa al grano desde prácticamente el comienzo y que se desarrolla según los cánones clásicos que rigen este tipo de cine. Se nota a la legua que está hecha con el cariño que su director le profesa al género de terror y hay alguna que otra escena y situaciones argumentales que nos recuerdan a films como Cabin Fever (2002), The Descent (2005) o, si nos remontamos algo más atrás en el tiempo, a clásicos como Posesión Infernal (1981) o Demons (1985)... Puede sonar a refrito, pero yo lo enfocaría desde el ángulo del homenaje y la inspiración.
Los protagonistas son, una vez más, un grupo de personajes estereotipados rebosantes de clichés. Destacaría aKrew Boylan en el papel de Mel, la rubia que, digamos, paga el pato y se contagia la primera. A pesar de que a raíz de su mutación no articula palabra, la interpretación que lleva a cabo no está nada mal, cargando el personaje de rabia y furia animal descontrolada. El resto de actores poco pueden hacer salvo responder al estereotipo que le han marcado lo más dignamente posible. También destacaría, a modo de un protagonista más, los bellos parajes australianos donde ha sido rodada, fiel reflejo de la naturaleza que aún se mantiene virgen sin ser mancillada por la mano del hombre. No sería la misma película si cambiáramos las localizaciones...
La historia se desarrolla a un ritmo correcto. Después de un breve planteamiento, se produce el suceso desencadenante de todo, los hechos van cayendo por su propio peso sin muchas sorpresas pero a buen ritmo, y llegamos al momento en el que el globo se pincha: al desenlace, no quedando más remedio que poner cara de ¿WTF?. Sin ninguna duda, el final estropea lo que llevaba visos de convertirse en una muy buena película de terror y la desmerece notablemente, dejando a Primal como una correcta historia, bien planteada, correctamente desarrollada, pero absurdamente resuelta. Además de absurdo, el final incluye un toque lovecraftiano para nada sutil con esos efectos CGI tan cantosos que últimamente se han puesto muy de moda para ahorrar algo de pasta.
Aún así, merece la pena echarle un vistazo y pasar un rato entretenido con una historia y un director que demuestran que, a veces, lo típico y mil veces visto funciona mucho mejor que los argumentos enrevesados y llenos de forzada y supuesta originalidad. Yo confieso que me lo pasé bomba.