No sabemos como influirá en la carrera de este disco el hecho de que se haya filtrado tres meses antes de su publicación, y que la gente lo tenga más que escuchado cuando el disco llegue a las tiendas. Desde luego, yo me pienso comprar una copia en vinilo en cuanto salga, y espero que toda la gente que lo ha elogiado a lo largo de estas semanas, haga lo mismo. Al fin y al cabo, ese debería de ser el objetivo de las filtraciones en la red. Otra cosa es la calidad de esas filtraciones. Yo desde luego, me he esperado hasta que la versión buena ha llegado.
Beach House lo van a petar, eso lo tenemos todos muy claro. Cuando este trabajo salga el 15 de Mayo, es muy probable que la crítica lo ponga por las nubes, y no dudo en que será el disco del año para muchas publicaciones. ¿Merecido? pues sí. Yo que nunca he sido excesivamente fan de la banda – me gustan “Devotion” y “ Teen Dream” , pero no me matan -, creo que definitivamente los va a consagrar como uno de los grandes grupos de estos días. Aunque, claro, todo esto son conjeturas, y aquí puede pasar de todo.
“Bloom” roza la perfección, y eso es algo que se puede decir de muy pocos discos, y más cuando no ha pasado el tiempo para valorarlo como se merece. Quizá es precipitado que reciba estos elogios tan pronto, y dentro dos años se ha quedado viejuno – lo dudo -, pero creo que las cosas hay que valorarlas en su día.
Nada ha cambiado desde “Teen Dream”, su propuesta a medio camino entre el Dream-Pop y el Indie-Pop sigue siendo la misma, y solo encontramos alguna que otra guitarra más. Lo que han hecho es perfeccionador su sonido de tal forma, que da exactamente igual que canción elijas del disco, todas son una joya. El primer single será Myth, pero eso da igual, ya que canciones como Other People, Wild, The Hours o Troublemaker funcionan igual, o mejor. Por no hablar de como consiguen emocionar de la forma más sencilla en canciones como New Year, Wishes – como me gusta esa guitarra – y On The Sea. Y es que ahí reside la grandeza de Victoria Legrand y Alex Scally, que desde la sencillez más absoluta, consiguen hacer algo grande, muy grande.
¿Es un trabajo más grandilocuente? ¿más comercial? pues seguramente sí. Sus teclados y sus guitarras suenan más épicos que antes, algo que tiene su peligro, ya que puede empachar – los directos de M83 son una buena prueba de ello -, pero ningún momento, este es el caso.
La única pega que le encuentro al disco, es la canción escondida del final, y no por el tema en sí, si no porque siempre me ha parecido una chorrada dejar varios minutos de silencio para llegar al final del disco. Sobre cuando ese disco en cuestión, acaba con una canción como Irene, que se expande y se expande maravillosamente durante casi siete minutos. Pero bueno, es un mal menor.
9,5