Hoy empiezo el repaso a los grupos que estarán en el Primavera Sound de este año, que la verdad es que tiene un cartel un poco flojo, pero con cosas bastante interesantes, como siempre. Evidentemente, no voy a poner discos de The Cure, Franz Ferdinand o Bjork, más que nada porque no creo que haga falta, y la verdad es que los segundos ya me cansan, y a la tercera no la soporto desde 1999.
Creo que lo mejor es empezar con The Chameleons y su álbum de debut, ya que tampoco es que sean un grupo excesivamente conocido, y porque también podría entrar en la sección “Oldies But Goldies” de este blog. La verdad es que los pobres no tuvieron mucho éxito en su época, y aunque contaron con el apoyo de John Peel desde su primera maqueta, fueron otros grupos oscuros como Echo & The Bunnymen o The Cure los que se quedaron con el éxito y la fama.
Lo que sí no podemos negar es su posterior influencia en todo el revival post-punk que se vivió la década pasada, sobre todo en dos grupos con tantos fans como Interpol o Editors que les han copiado hasta la saciedad. Eso sí, los primeros lo han hecho con buenos temas y talento, y los segundos copiaron a los primeros sin ninguna gracia.
No es extraño que este Script Of The Bridge este producido por Colin Richardson – un productor ingles que años después acabo haciendo discos para bandas de metal como Sepultura, Slipknot o Napalm Death (sí, uno de esos heavys que también están en el cartel del festival) -, ya que el álbum tiene ese sonido crudo y oscuro del post-punk de aquella época. Y es que estamos en el año 1983 y la sombra de Joy Division está muy cercana.
No sé muy bien por qué, pero todo el mundo dice que este es un disco de hits, y la verdad es que es un disco de muy buenas canciones, pero muy pocas se pueden considerar un hit, por lo menos lo que yo entiendo como un hit. Están Don’t Fall, As High As You Can Go, A Person Isn’t Safe Anywhere These Days y Up The Down Escalator, que son los cuatro singles que sacaron de este disco, y la verdad es que son cuatro trallazos tremendos, sobre todo la última. También tenemos algún tema más denso, pero con estribillo demoledor como Monkeyland, Paper Tigers o Pleasure And Pain, pero por lo general no son de esas canciones de pegada instantánea, un requisito imprescindible para que una canción sea un hit. Como siempre, me estoy yendo por la ramas y me estoy olvidando de lo importante, y es que da igual si son hits o no, ya que el disco es una joya del post-punk, y todo un clásico de los ochenta más oscuros. El que no me crea solo tiene que escuchar dos temas como Second Skin y View From The Hill, que son los más largos del álbum, y dos verdaderas maravillas de escucha obligada para los seguidores de este genero.
Lo único malo que le encuentro a este trabajo, es que no ha envejecido excesivamente bien, algo que es culpa suya, ya que ha sido tan copiado y tan masacrado por los grupos actuales, que su sonido sorprende bastante menos que antes. Vamos, que a los fans de Interpol les va a sonar a viejo.
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