Revista Cocina
Mi interpretación es muy diferente. Lo que lleva a ambas generaciones a la misma tragedia no es el paso de las estaciones, mucho menos una "mayor espiritualidad", sino la impostura de una espiritualidad falsa, hueca, arrogantemente autoimpuesta en una inútil tentativa de reprimir, de anular los impulsos naturales, las sombras y contradicciones propias de la naturaleza humana. Como bien dice Jung, "lo que niegas te somete".
Cuando la vi en cinemateca Uruguaya hace años, pero agradezco el verla nuevamente porque me da un sentimiento de que el carma existe y todos lo que hacemos nos hacemos o le hacemos al prójimo repercute, Kim Ki Duk es un excelente director, que habla de la violencia innecesaria del humano, maravillosos lugares naturales.
También es una enseñanza para los que hace vandalismo sobre una biblioteca publica recién inaugurada en Parque Rodo y destrozos de los anuncios de las paradas de bus, donde se anuncian los destinos y recorridos. Pero dudo que vayan a verla.
Es muy triste quien no reflexiona con ella. Las estaciones no son sucesivas en la película pero si representativas de la vida en la cual todo tiene consecuencia de nuestros actos .. Desde hacer daño a un animal hasta hacerte delincuente por no saber controlar los impulsos. Y aún así el tiempo transcurre. El maestro ya estaba preparado para separar su cuerpo y espíritu sabia que vendría su discípulo. Somos seres creadores pero atados a muchas cosas superficiales y apegos.. Hay muchas otras cosas que atender y por no hacerlo hemos convertido muchos lugares en caos.