El primer chakra se situa en la base de la columna vertebral.
Su nombre en sánscrito es: Muladhara, que significa, Mula, raíz y Adhara soporte.
Este chakra está, energéticamente hablando, abierto hacia abajo y es el que regula la unión del hombre con la tierra, con el mundo material, físico y con nuestra supervivencia. Este Chakra tiene entre sus funciones más destacadas el regular el aparato digestivo, glándulas suprarrenales, columna vertebral, uñas, expresividad entre otras.
El color que se relaciona con este chakra es el rojo, su elemento la tierra y las piedras pueden ser el rubí o el jaspe. Se dice que en este chakra reside Kundalini (que se representa como una serpiente o dragón que envuelve el primer chakra), que es como se denomina a la energía vital.
Su mantra (ya hablaremos en otra ocasión del termino mantra en más profundidad, pero a grandes rasgos es el sonido que hacen los monjes cuando meditan), es LAM.
Cuanto más abierto esté este chakra más elevada será nuestra energía física, así viviremos con más determinación y constancia nuestras vidas. Es por eso que se relaciona con la tierra y nuestra supervivencia, por ejemplo, respirar, comer, agua, recursos económicos, el trabajo, deseos, ideales, capacidad de lucha,…
El centro físico de este primer chakra corresponde a las glándulas suprarrenales, que son las encargadas de producir la adrenalina, regular la circulación, regular las respuestas al estrés y equilibrar la temperatura del cuerpo.
Un primer chakra desequilibrado o que no funcione correctamente puede provocar problemas de circulación, presión baja, fatiga, poca tonicidad muscular, entre otros.
Una forma de trabajarlo de forma casera podría ser sentarse en el suelo, manteniendo el chakra lo más cerca del suelo posible, de esta manera la abertura energética se pone en contacto con la tierra. Otra forma o para complementar el estar sentado en el suelo sería poner música con ruidos naturales, tales como cantos de pájaros, o ballenas, ruidos de la selva,…