Revista Filosofía

Primera serie de variaciones (introducción).

Por Juanferrero

II. Brevemente presento las variaciones: en primer lugar la variación tiene como tema la evolución biológica. Y su motivo puede ser un fragmento de la obra de Jerry A. Coyne ¿Por qué la teoría de la evolución es verdadera?, del Capítulo 7. La elección de esta obra quizá se deba, principalmente, por su título porque desde el principio nos espeta el problema de la verdad, de la que estas variaciones sólo se ocupará al final. El problema de la verdad es relevante para la evolución por que es el más fundamental desde Darwin. El mito de Prometeo presenta un mito de creación de las especies que no puede ser verdadero, y verosímil en un sentido muy laxo. La necesidad de encontrar una verdad sobre el origen de las especies entre las que nos encontramos nosotros es preguntarse según nuestro esquema por la producción natural, cómo produce la naturaleza. Pero esta pregunta no se puede hacer más que desde los presupuestos del conocimiento humano, pretender situarse fuera de nuestra producción humana para saber en qué consiste la producción natural al margen de lo que hacemos es imposible.    Por tanto, la cuestión es gnoseológica y ontológica y la tríada formal que hace funcionar a esta variación es la que diferencia la determinación completa, de las determinaciones recíprocas o relacionales y lo determinable. Desde el principio lo que se ve es que la perspectiva de la determinación completa no puede ser ni platónica del lado de las especies universales, ni la de los sujetos particulares. El concepto de población es que el que permite delimitar completamente el objeto de estudio de la biología evolutiva, sin perjuicio, de que la especie recoja todas las determinaciones reciprocas ideales que tal universo hace posible, según las particularidades que permite. El conocimiento, por tanto, siempre es determinable en la medida que las poblaciones siempre están actualizando singularmente la universalidad de la noción especie, y las particularidades que presenten eventualmente algunos individuos de las especies.
   Por ello la aporía que presentamos en esta variación es la aporía que aparece como la primera y la que se enuncia en el origen de la filosofía. La aporía que protagonizan los filosofos milesios que se preocupan por el primer principio como cosa que, sin embargo, no puede ser alcanzado más que en última instancia desde un proceso que va desde lo más inmediato a lo más alejado. Sin embargo, lo más interesante es que tanto Tales, como Anaxímenes incluso el propio Anaximandro encuentran este primer principio entre las cosas, por lo que demuestra es que los primeros principios no se fundamentan estrictamente ni por inducción ni por deducción sino por un camino intermedio que Pierce denominó abducción. La biología evolutiva es especialmente apta para este tipo de investigación natural, la de los fisiólogos antiguos, lo primero en ser es lo último en encontrar el pensamiento pero en la medida que esta operación no tiene un principio y un fin claramente determinado, la aporía de primero y último desaparece para el que efectivamente está haciendo algo, pero puede ser muy ilustrativa para ver algunos de las dificultades con que el científico se encuentra y que el lego no conoce y en tanto que se ha hecho especialista queda asumida y “olvidada”. El problema que permite el estudio de la evolución biológica es el de cuál es el primer individuo de una nueva especie y el último de la anterior. Por supuesto, que esta pregunta puede ser extraña para el especialista que asume que las cosas no funcionan así, pero para el no iniciado que quier ver cortes debe responderse a esta pregunta, o al menos hacérsela
   La verdad como concepto que encabeza esta variación se presenta con un texto de Gould en que intenta combatir algunos de los argumentos que dan los creacionistas, y, sobre todo aquel que afirmaría que los procesos por los que una inteligencia creadora produjo las especies ya no operan en la actualidad. Este argumento es central no solamente para saber como funciona la evolución, sino porque es verdadera, por el simple hecho de que los procesos que conformaron las especies actuales son los mismos hoy que hace millones de años, aunque las formas no sean las mismas los procesos sí, la dificultad de entender estos procesos, y la necesidad de un hacer humano complejo que, a su vez, vela estos procesos, léase que para entender, a veces, toda la genética ha habido que desarrollar una tecnología que nos familiarice con lo pequeño, el propio Darwin estuvo equivocado sobre la herencia y aunque las investigaciones de Mendel son contemporáneas a Darwin, no es hasta casi 80 años después cuando las investigacione de biología molecular que se hacen más generalizadas cuando se comprenden estos procesos y no es hasta los años 50 del siglo XX  cuando se comprende la estructura del ADN. Pero esto no ha de confundirnos los procesos comunes que formaron las especies antiguas y actuales son comprendidos por la capacidad productiva y técnica actual, siempre actual del ser humano, que le habitua a entender la verdad como reproducción y simulaciones de usos públicos, todo lo demás por mucho sentido que tenga debe someterse a estas exigencias de la construcción de la verdad.

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