En cuanto supe que estaba embarazada, pedí cita con la matrona de la Seguridad Social. Aunque en cierto modo no me sentía con el derecho (cosas extrañas de las infértiles), si que quería que me controlasen todo desde el principio.
Casualmente, tuve la visita con la matrona unas horas después de recibir el alta en la clínica de infertilidad, es decir, estaba de 6 semanas y 3 días.
Iba con el miedo en el cuerpo. Gracias a las mil y un historias que hay en internet, tenía miedo de encontrarme con una rancia antipática, pero ya me sorprendió gratamente cuando ese mismo día, a medio día, me llamó para adelantar la cita una hora, pues tenía que irse al hospital antes. Tenía una voz dulce, suave. Y sobre todo, me pareció muy cariñosa.
Y no me equivoqué.
Mi matrona es una señora mayor, con una cara muy agradable y muy cariñosa.
Le conté todo. Que venía de FIV, que seguía esperando la llamada de fertilidad de la SS, a lo que ella respondió que “si que es verdad, es raro que no te hayan llamado ya porque hace mucho” y que justo ese día me habían dado el alta en la clínica porque habíamos escuchado el corazón de Bolita.
Ella me sonrió y me dijo “Ay! De verdad, qué bien! cuánto me alegra que me des esa noticia!”
Me dijo frases alentadoras como “lo importante es que por fin estas aquí conmigo y todo va a ir bien” y cosas de ese estilo. Yo estaba encantada con la empatía de esta mujer.
Empezó a rellenar mi Carnet de Embarazada. Un librito morado en catalán que tendré que llevar siempre conmigo y en el que anotarán todo sobre la evolución del embarazo.
Empezamos con mi peso, mi altura y mi tensión. Me preguntó por mi grupo sanguíneo y por si conocía si era inmune a la toxoplasmosis. Le dije que no lo era, pues ya me habían hecho esos análisis.
Calculó mi fecha probable de parto, y a ella le salió diferente a todas las aplicaciones que he probado. Pero bueno, no deja de ser orientativo. Además, hasta me preguntó la fecha de mi transferencia embrionaria.
Me explicó que en la próxima cita con el tocólogo, que será el 4 de Mayo y en la que estaré de 8 semanas exactamente, me harían una ecografía (esto me extrañó muchísimo, pensaba que era a las 12 semanas, igual se coló) y me solicitarían los análisis para el Triple Screening. Así, para la ecografía de la semana 12 estarán listos.
Entre pitos y flautas, esa cita la tengo el próximo lunes, ¿y ya estamos hablando de Triple Screening? ¡Esto va muy deprisa!
Para acabar la visita, me dio un libro con consejos para el embarazo con hábitos saludables, y una carpeta azul con una muestra de Femasvit (que no voy a tomar, yo con mi Femibión estoy más que satisfecha).
Me dejó muy buen sabor de boca, pero al salir de allí me sorprendí de que no me preguntase qué ácido fólico tomaba, ni que me dijera que para mis náuseas podía tomar el famoso Caribán. No sé, creo que es información muy básica, y yo, porque estoy curtida en todo, pero ¿será igual con una primeriza desinformada? Espero que no.
Y hasta aquí mi primera visita con la matrona. Me parece increíblemente fuerte que yo esté escribiendo estas cosas. Aún no me lo creo :)
P.D.: Maridín no vino conmigo a esta visita, pues tenía que estudiar para un examen. Quedamos en que nos encontraríamos a mitad de camino y así él vendría con la perra y aprovecharía el paseo. Cuando nos encontramos, yo iba en plan zombie, muy cansada, y con la carpeta azul que me había dado la matrona pegada al pecho. Maridín empezó a reírse y yo no terminaba de pillar el motivo.
“No has visto lo que pone aquí?”
CONTROL DE EMBARAZO. En letras gigantes, en el reverso de la carpeta.
Enseguida me sonrojé y le di la vuelta a la carpeta. Me dio muchísima vergüenza haber ido por la calle con esa frase hacia fuera, y maridín era incapaz de entender el porqué.