Maridín aún me pregunta por qué vamos por los dos sitios (Seguridad Social y privado), y yo, como científica, solo le puedo responder que cuatro ojos ven más que dos, que soy fan de contrastar opiniones y que total, tenemos seguro privado y a mí sacarme sangre por partida doble (para el Triple Screening, por ejemplo) no me importa lo más mínimo. ¡Será por los análisis que llevo hasta ahora!
Además, tengo un sobrino con una cardiopatía que no hubiese superado los primeros días de vida si no le hubiesen visto el problema cuando era un feto y le hubiesen operado de urgencia al nacer. Se sospecha que viene de la familia de maridín. Todo son traumas y fue muy duro para la familia. ¿Me entendéis ahora?
Tuvimos esta primera cita el pasado viernes 8 de mayo, cuando yo estaba de 8 semanas y 4 días.
En esa clínica te dan cita para la ecografía, que te la realiza una persona X, y después te dan cita con el ginecólogo, que ya tiene en su ordenador todas las ecografías y el correspondiente informe. No le veo mucho sentido a esto, pero bueno.
He de decir que fue la ecografía más larga de mi vida hasta ahora, pues duró unos 10 minutos. Entiendo que al no tratarse del mismo médico, la ecografía ha de estar bien documentada. Así pudimos disfrutar de las imágenes de Bolita en ecografía normal (se intuía cabecita y brazos) y escuchar su potente corazón a 181 latidos por minuto. Y todo esto en una pantalla grande puesta enfrente de mí y casi en el techo. Estábamos como en el cine.
Me dijeron que sus medidas correspondían a un día más de gestación, es decir, 8+5, midiendo 2,1cm (6mm más que en la ecografía de la Seguridad Social, aunque medido por personas diferentes con aparatos distintos no se puede comparar).
Esta ginecóloga lo revisó todo. El saco vitelino, el saco gestacional, mi querido quiste en el ovario derecho (que sigue midiendo 15mm), y un ovario izquierdo que no pudo encontrar debido a mi gran cantidad de materia fecal (si, lo que os decía ayer del estreñimiento…)
Para acabar la ecografía, vimos aparecer a Bolita en 3D en la pantalla:
Si os digo que flipamos, me quedo corta. Yo solté un “ostia puta, ¡qué fuerte!” que mezclado con mi postura en el potro, debió de ser muy cómico.
Sentí muchísima emoción, pero mucho más shock. Se me puso una sonrisa de oreja a oreja y no dejaba de mirar a maridín y a la pantalla y decir “¡Qué fuerrrrrrte!” Sólo deseaba que me dieran esa foto y podérmela llevar a casa.
Tal y como terminó la ecografía, pasé a una sala para hacerme un análisis de sangre, donde una enfermera novatilla fue incapaz de encontrarme la vena y tuvo que llamar a sus compañeras que se rifaron quien me pincharía.
Finalmente lo hizo una que me dijo que llevaba mucho tiempo pinchando, y aunque me hizo daño, acertó. Ese análisis de sangre serviría para los marcadores del Triple Screening que se contrastarían con la ecografía de las 12 semanas.
Maridín y yo teníamos una hora hasta que nos tocase cita con el ginecólogo, y tal y como habíamos planeado, nos fuimos a comer de menú por la zona. Me pasé la comida enseñándo la foto por whatsapp a todo aquel que sabe de nuestro estado. No podía estar más feliz, ¡mi Bolita, mi bichito!
El ginecólogo que me pusieron, es el jefe de obstetricia de la clínica, y evidentemente, había leído críticas muy buenas de él. Iba dispuesta a preguntarle todas mis dudas, entre ellas, la pauta de dejar la medicación que me dijeron en mi clínica de infertilidad.
Cuando entramos en la consulta me hicieron hacer pis en un vaso para descartar la presencia de leucocitos en la orina (por una posible infección). La prueba dio negativo. Así nos lo hizo saber el ginecólogo al entrar por la puerta.
La consulta duró 30 minutos de charla, preguntas, dudas, etc. El hombre era majísimo y nos supo explicar todo muy bien.
- Pauta para dejar la medicación después de FIV
Le comenté que en mi clínica me habían dicho que tenía que empezar a bajar la dosis de progesterona y estradiol esa misma semana (8 semanas), y que cuando estuviese de 9 semanas tendría que dejarlo por completo. Le hice saber el miedo que me daba dejar la progesterona tan pronto cuando en otras clínicas no lo hacen hasta las 12 semanas.
Me dijo que ellos en su clínica también retiran la progesterona en a las 9 semanas después de una FIV. Que poco a poco se está implantando este protocolo porque se ha demostrado que es más que suficiente y se apuesta por un embarazo lo más natural posible sin progesterona exógena. Que entre las 8 y las 9 semanas la placenta ya está produciendo suficiente progesterona.
No obstante, me dijo que lo último es que yo estuviera nerviosa y/o asustada con ese tema, así que si quería, podía seguir con progesterona cada 12 horas una semana más, y luego una cada 24 horas hasta las 11 semanas. Los estrógenos (parches de estradiol) si que puedo retirarlos tal y como me comentaron en la clínica, por lo que hoy me he puesto el último.
Me quedé satisfecha con ese tema, así que pasamos al siguiente punto.
- ¿Cuando podré practicar deporte?
Como ya os comenté, mis problemas de espalda necesitan que yo me ejercite, pero sé que hasta que no llegue a las 12 semanas, no debería lanzarme a hacer nada (tampoco quiero hacerlo).
El ginecólogo me dijo que si yo hacía running y pilates antes de empezar la FIV, ahora podría incluso hasta correr muy suavemente, pero que si me da miedo tener un orgasmo, ni se me ocurra correr ;) ¡Qué chispa tiene este médico!
Esto me lo dijo porque nos comentó que hiciésemos vida sexual normal, y fue entonces cuando le conté lo que me pasó a las 5 semanas, los dolores tan fuertes por un orgasmo, y que ni de coña iba yo a tener relaciones sexuales. Todo quedó en risas, pero me dijo “a las 12 semanas haces un esfuerzo, pero es importante que mantengáis esa faceta de vuestra vida”. Maridín quedó encantado, por supuesto ¬¬
Me dijo que de momento saliese a caminar a paso ligero entre 45 minutos y 1 hora, que eso me ayudaría a mantenerme activa, y a partir de las 12 semanas, que me buscase alguna actividad de preñadas.
- Nos planteamos la posibilidad de hacer el análisis de ADN prenatal
El Triple Screening es una prueba estadística, ya sabéis como odio yo las estadísticas, y aunque vayamos a hacer dos Triple Screening, no descartamos la opción de este análisis no invasivo para quedarnos más tranquilos.
El ginecólogo nos dijo que lo recomendable, es hacerlo después del Triple Screening. Aunque este análisis se pueda hacer a partir de las 9 semanas, el riesgo de aborto sigue estando hasta cumplidas las 12 semanas, y sería estúpido gastarse ese dinero y que luego se perdiese el embarazo (toda la razón).
Y así quedamos con él. En función de los resultados del Triple Screening tomaríamos la decisión de hacer ese análisis o no, y además, existe la posibilidad de analizar una deleción que provoca cardiopatías, asunto que nos comentó que investigásemos con mi cuñada para ver el origen de la cardiopatía de mi sobrino.
Y estas fueron las tres grandes cuestiones que quisimos tratar con el ginecólogo.
Por otro lado, el software programó de forma automática el resto de visitas a lo largo del embarazo, por lo que la siguiente ecografía en la que mirarán los marcadores de Triple Screening la tengo el próximo 28 de mayo, cuando esté de 11+3 (esta ecografía se puede hacer entre la semana 11 y la 13). Volveremos a ver a Bolita y tendremos los resultados de dicha prueba.
Hubo algo que no me gustó, a pesar de la buena fama de este médico, y fue que hablando sobre el programa de visitas, dijo que, siendo de FIV, no esperaríamos hasta las 40 semanas para inducir el parto. ¿Hola?
Le seguí el rollo porque maridín y yo ya hemos decidido que lo tendremos en la Seguridad Social, pero no me esperaba yo que tan pronto me estuviesen metiendo prisa. Además, ¿que más dará que sea de FIV? ¿Será porque conocemos el momento exacto de la fecundación? Ni idea, pero tampoco me importa lo más mínimo porque no pienso hacerlo. Así de claro.
Quitando este último aspecto, todo lo demás me gustó muchísimo. Salimos muy contentos de allí deseando que llegue el 28 de mayo para volver a ver a Bolita y cruzando los dedos para que esté todo dentro de la normalidad.
Esta entrada me ha quedado un poquito larga, lo siento, pero es que quería contároslo todo, todo y todo.