Cuando luego de volar 12 horas desde España, más otras 5 horas de autobús hacia el estado de Guanajuato, te encuentras de repente adentro de una película: la estética arquitectónica que nosotros denominamos colonial, es un cambio radical de escenario; y sobre todo la percepción del tiempo y del ritmo de los humanos que habitan este extraordinario país nos hacen sentir que nos encontramos en un territorio fascinante.
VOLAR CON AEROMÉXICO
Llegamos a Barajas dos horas antes del vuelo, y todo fue sobre ruedas. Aeroméxico tiene base en la Terminal 1, y a pesar de que el vuelo iba lleno, no hubo colas largas para el check in, y en media hora estábamos listos para pasar los controles. Una vez en la zona de embarque todo fue simple y amable. Apenas tuvimos un retraso de media hora porque el avión había llegado tarde, pero una vez salvado ese escollo, el embarque se hizo ordenadamente y muy rápido.Señalo ésto que debería ser lo normal y por lo tanto no reseñable, pero lo comparo con las sucesivas experiencias que he tenido en mis viajes a Argentina con Iberia o Aerolíneas Argentinas, con las que hacer la travesía del Atlántico se convierte al menos en una aventura "incómoda": nunca sabes cuán incómodo será tu asiento, cuanta fila te harán hacer para embarcar, cómo serán de bordes las azafatas, y sobre todo aguantar la inquietud de los pasajeros argentinos que se pasan gritando sus experiencias por Europa o quejándose de la ubicación que les ha tocado y por tanto incordiando al personal para que les den un buen asiento.
En este caso, todo fue cómodo y silencioso, increíblemente silencioso, hasta los niños que viajaban se quedaron mudos. El servicio de a bordo es correcto, la comida estaba bastante rica, y llevas una pantallita individual adelante de tu asiento para ver películas, series de televisión o juegos electrónicos. La de alguno de mis compañeros no funcionaban, lo señalo como defecto para bajar un poquito la puntuación. Del mismo modo se puede decir que las azafatas y azafatos podrían ser un poquito más amables, casi no te sonríen, y te dan todo lo que les pides entre horas, pero en sus ojos vislumbras ese pensamiento de"a ver cuándo me dejan de molestar".
BIENVENIDOS A MÉXICO
Todo cambia cuando llegas al aeropuerto del distrito federal de una de las ciudades más grandes del mundo,y apenas bajas del avión te enteras que has llegado a un país desordenado. Después de 12 horas de avión , cuando en el reloj de tu cuerpo son las dos de la mañana, te somenten a unas colas de una hora para hacer el control del pasaporte. Habeís leído bien, una hora de pie, en filas kilométricas y mal organizadas para que te pongan el sello en tu pasaporte y te controlen el panfleto de migraciones. Algo que se soluciona con más personal, o con un simple numerito que te permita esperar sentado.
Esperamos en un fast food mexicano al autobús del Gobierno de Guanajuato que nos llevaría a la ciudad de León que sería nuestro primer destino. Llegamos a las 3 de la mañana hora local a nuestro hotel, el flamante MARRIOT COURTYARD.
MARRIOT COURTYARD DE LEÓN
Llegar a la habitación de este recién inaugurado hotel fue una caricia. Todo es impecable y la primer sonrisa te la saca la exhuberante cama King Size, alta y mullida, que con una lencería suave y de material noble te invita a zambullirte sin rodeos.Te dan la bienvenida con un plato de frutas, y si además tienes deseo de alguna bebida caliente te la puedes preparar tú mismo ya que tienes máquina de café en la habitación. Nos alojaron a todos en la 8ª planta, de un edificio nuevo diseñado con paredes exteriores de cristal que te permite tener una perspectiva estupenda del lugar en que te encuentras.
El hotel está ubicado cerca del Palenque y enfrente de un centro comercial, y enseguida te das cuenta de que este hotel fue planteado para atender a un cliente que es fundamentalmente de negocios. Esta información fue confirmada al día siguiente en que dialogamos con los responsables del restaurant y la directora de comunicación, pero todos los detalles y particularidades irán en uno de mis post del HOTEL DE LA SEMANA de mi Blog.
A la mañana siguiente recibí unos "buen días" tan simpáticos por parte del personal del hotel, que me hicieron dar cuenta de que había llegado a otro mundo. Porque es verdad, MÉXICO es otro mundo.