Primeras impresiones: The Zombie Detective

Empecé a ver esta serie anoche porque el libro que estoy leyendo me frustra mucho (la ambientación flojea por todas partes) y porque la otra serie que empecé a ver está en emisión y claro, no tenía más capítulos. Había anotado el título en mi lista entre interrogantes, lo que suele significar que hay pocas probabilidades de que vea el drama. Al final me decidí porque total, con los chascos que me he llevado últimamente, esto no iba a ser peor que eso. Y, para mi sorpresa, me vi tres capítulos del tirón y… ¡me han gustado!

Soy una gran seguidora de Choi Jin Hyuk desde hace muchos años, aunque algunas de sus series me han decepcionado mucho (The Last Empress, Devilish Joy), lo cierto es que siempre intento darle una oportunidad a sus dramas. Y, además, me parece que está llevando su carrera de una forma muy inteligente, pues hace todo tipo de papeles sin centrarse en los dramas románticos. Rugal, Justice o Tunnel lo han alejado de ese tipo de series. Y se agradece. Me gustó especialmente en Justice, donde interpretaba a un gran antihéroe: un abogado sin conciencia que haría cualquier cosa por dinero, pero cuando se enfrenta al asesinato de su hermano, recupera un ápice de conciencia para resolver el caso.

En The Zombie Detective hace un papel muy diferente al interpretar, cómo no, a un zombi que se convierte en detective por necesidad.

La verdad es que es hilarante la perspectiva desde la que se afronta el tema. Es como una parodia del género en todo momento, e incluso se hace un guiño a la exitosa Train to Busan, pero en un autobús y con un «toque humano». Ver a ese zombi llorando porque comprende que los zombis del autobús son incapaces de comunicarse y poder acceder a sus pensamientos, es maravilloso.

Este zombi es muy particular. No sabemos cómo se convierte en lo que es, lo que sí sabemos es que aparece en un basurero, rodeado de desechos de algún hospital justo después de la noticia de que cierta clínica estaba haciendo vertidos de residuos de forma ilegal, de cuyas consecuencias no se sabe nada. El cabecilla del grupo que se encargaba de esto está en paradero desaparecido.

Durante los primeros capítulos veremos a este zombi enfrentarse a la realidad de su nueva naturaleza. No tiene un solo recuerdo y, aunque trata de suicidarse, se da cuenta de que no quiere morir. Se desespera con su propia lentitud y su incapacidad para comunicarse, así que decide que no morirá a manos de los humanos. Asistir a su entrenamiento fue de lo mejorcito que he visto en mucho tiempo. En un año consigue controlar su cuerpo, domina los palillos, se mueve con rapidez e incluso habla y lee perfectamente.

Cuando presencia el asesinato de un detective privado, decide ir a su oficina tras enterrarlo. Y allí debe enfrentarse a las realidades de la vida: no tiene dinero para sobrevivir en esa sociedad. Él mismo se queja de que los alienígenas y las criaturas míticas de los dramas tienen su propia casa y son ricos (alusión directa a You Who Came From the Stars y Goblin), mientras que él no tiene dinero ni forma de ganarlo y debe pagar las facturas y el alquiler. Además, tiene que maquillarse para salir a la calle y la BB Cream es cara.

Me he divertido mucho con estos tres primeros capítulos. Y juro que habría visto más si no fuese porque hoy tenía que madrugar. De hecho, pensé en verla de un tirón, ya que está terminada, pero luego me dije que debía controlarme, que la vida es larga y total, si me muero poco me va a importar cómo sigue.

Me disgusta un poco el personaje femenino. En ocasiones los guionistas confunden la fortaleza con la estupidez y la protagonista es estúpida. Es de estos personajes que actúan sin pensar y que creen que todos sus pensamientos son correctos, así que no duda en señalar con el dedo a alguien si ella cree que ha hecho algo mal, aunque no tenga ni una sola prueba de que es así. Es, quizá, el único pero que le pondría por ahora. Es que de verdad, no cuesta nada hacer personajes femeninos mejores. En serio, ya está bien de hacer este tipo de personajes, que una se cansa.

Vale, no creo que sea la serie del año. De hecho, ni siquiera creo que vaya a ser una gran serie. Pero tampoco pretende venderte nada ni es pretenciosa, así que no crea expectativas que luego no se van a cumplir. Por eso me gusta. Es lo que es y no quiere ni trata de ser otra cosa.

Por cierto, me encanta ver a Tae Hang Ho, que interpretaba el «antes» del personaje de Choi Jin Hyuk en The Last Empress. Aquí son detectives rivales.

A ver si no acabo abandonando, como me ha pasado tantas veces este año.