Primero pasos en St. Petersburgo

Primeros pasos en San Petersburgo, una ciudad no tan fria como quieren hacer creer. Como en cualquier vuelo internacional nada más bajar del avión haces la cola para el control de pasaportes. Una línea de cabinas donde no puedes ver a los policias hasta que estas frente a ellos. Esperar la mochila y cuando llega salir a Rusia! Llegar al aeropuerto a las 5a.m. no ayuda nada a hacerte una buena impresión. Aun así fué grato descubrir que el aeropuerto dispone de wifi gratuito!! En la planta baja estan las llegadas y en la tercera las salidas, dejando la segunda planta un montón de espacio no muy transitado donde echar una cabezada rápida antes de lanzarte al mundo.

El señor Lenin a mi espalda

Lo primero es ignorar los insistentes señores que te ofrecen taxi constantemente. Te diriges a la parada de autobuses local y coges el número 39. Entra y sientate en cualquier sitio. Luego prepara los 25 rublos (0.5euros) o un billete de 100, si todavía no tienes monedas, para la señora que te cobrará una vez dentro. Así llegas a la parada de Moskovskaya y de ahí un metro a donde quieras. Justo al lado hay una plaza enorme con una estatua de Lenin. El metro tiene instrucciones en inglés así que es más fácil, aunque ninguno de los trabajadores suele hablar inglés. Un billete simple cuesta 28 rublos, se los das a la señora de la taquilla y haces un “uno” con el dedo. Ella te dará un token que tienes que meteren la máquina, como las atracciones de feria! También hay una tarjeta recargable que se puede comprar y cargar en las máquinas pero no he descubierto como va.

La avenida Nevsky es un buen sitio para empezar aunque está llenisima de turistas, gente intentando venderte cosas en ruso por todas partes y puede ser un poco agobiante. Poniendo un ojo en el carterista intenta desconectar y disfrutar de los edificios increibles como los almacenes de los hermanos Eliséev, el jardín de Catalina, los diferentes puentes, la plaza de Insurrección y la estación donde salen los trenes a Moscú, incluido el famoso Flecha Roja. Al final de la avenida está el museo Hermitage que incluye el palacio de Invierno, residencia de algunos zares. La entrada cuesta 500 rublos así que he decidido no hacerlo con prisas y dejarlo para más adelante.

Hermitage

Mas cosas:

Los rusos no sonrien. Se tocan, se apartan si se cruzan pero no piden disculpas y no sonríen. Aunque cuando les pides ayuda o te ven con problemas no dudan en ayudarte de forma amable.
En casa no se entran las zapatillas de la calle. Se usan las chanclas especiales para ello.
No se encuentran grupos de flores impares sino es como recordatorio de los muertos.
Muchas mujeres mayores y niñas llevan un pañuelo en la cabeza. Especialmente en la iglesia.
Hay muchos coches de antes que yo naciera.
Está lleno de tranvias, autobuses con catenaria y coches que chirrian. He llegado a contar 9 coches en un día a los que les chirriaban las ruedas xq las tenían deshinchadas.

La foto de este coche es una exposición de Francis Alÿs a la puerta del Hermitage pero yo lo veo conduciendo por las calles de San Petersburgo sin problemas.