Tras el nacimiento, regresar a casa con el recién nacido es todo un desafío.
Es cierto que pasas de una situación en la que tienes el control de tu vida a una etapa en la que lo primero son los cuidados de tu bebé, que no tiene horarios y sí muchas necesidades, todas más o menos urgentes. Lo primero que hay que hacer, para no sentirse desbordada por los acontecimientos, es aceptar la nueva situación como es, sin intentar hacerlo todo perfecto y sin querer llegar a todo.
Guarda el reloj en un cajón
Aunque es recomendable establecer unas rutinas, que ayudarán a funcionar mejor, hay que olvidarse de los horarios rígidos y estrictos que acaban por agobiar. Solo así podrás disfrutar de cada momento, siguiendo tus propios biorritmos y los del bebé. Tú y tu hijo os estáis conociendo y eso lleva un tiempo.
Simplifica tareas
No es necesario bañar al bebé todos los días, ni empeñarse en que la casa esté reluciente… Siéntate con tu pareja y planifica, de forma realista, el reparto de las tareas de la crianza y de la casa, de manera que te quede tiempo para ti misma, y no solo durante los 13 días que el papá puede estar en casa disfrutando de su permiso por paternidad, sino durante todo el tiempo que va a durar la baja maternal y lógicamente, también una vez que tú te reincorpores al trabajo. Para no tener que cocinar a diario, cuando tengas tiempo prepara más cantidad, y congela los platos ya preparados.
Pide toda la ayuda que necesites
Seguro que hay algún familiar, amigo o vecino que puede echarte una mano con la comida o la compra o recoger del cole a tu hijo mayor. Así concentrarás tus energías en el cuidado del bebé. Raciona las visitas. Los amigos y familiares están deseando conocer al niño y traerle un regalo, pero ahora que el tiempo se nos escapa de las manos, la presencia de terceras personas en casa puede causarnos más estrés que gratitud. Una buena idea puede ser organizar un evento, pasadas dos o tres semanas, para presentar al nuevo miembro de la familia, en casa o en un lugar tranquilo. Por ejemplo, una merienda o un aperitivo y que cada uno traiga algo preparado. Así evitas el trajín de recibirles de uno en uno.
Busca el contacto con otras madres
En las grandes ciudades, el puerperio se suele vivir de manera solitaria, porque no hay muchos espacios donde las mujeres pueden compartir sus vivencias y encontrar apoyo y afecto. Puedes relacionarte con otras madres en los grupos de posparto y de apoyo a la lactancia, en los parques o incluso a través de Internet. En los grupos de posparto la comunicación del grupo entre sí y con la matrona actúa como refuerzo positivo para afrontar todos los cambios. La matrona orienta a las madres y luego cada una va contando su experiencia, ayuda a las demás.
El apoyo de otras mujeres que pasan por lo mismo es fundamental, sobre todo en las madres primerizas. Las mamás recientes no se sienten tan solas y esperan cada semana el momento de ir a clase para compartir vivencias, escuchar a sus compañeras y poder hablar libremente con su matrona.
Consejos útiles
- Descansa siempre que puedas. Intenta dormir cuando alguien pueda atender al bebé o este esté descansando. Cada momento, por pequeño que parezca, ayuda.
- Aliméntate bien y sal a diario a pasear para tomar el aire y el sol. Lo normal es pasear con el bebé, pero también, si es posible, conviene salir algún ratito sin él, para dar una vuelta en bici, ir de compras o tomar café con amigas sin niños…
- Intenta retomar las actividades que antes te entretenían: leer, seguir viendo tu serie de televisión favorita, hojear el periódico, ver qué se cuece cada día en las redes sociales…Tendrás que reajustar los horarios, pero procura no abandonar completamente esos intereses ni las relaciones sociales.
- Puedes iniciar nuevas actividades con el bebé, como hacer tablas de ejercicios, ya sea en casa o con otras mamás. El objetivo es pasar un rato divertido y ameno. Además, al hacer ejercicio se segregan endorfinas que hacen que la madre se sienta bien, al mismo tiempo que el bebé disfruta de la actividad.
- Y aunque la vida no sea realmente como antes, con el paso del tiempo lograrás reanudar las actividades importantes que solías hacer y añadirás otras nuevas que te aportarán experiencias únicas.
No descuides la pareja
Es normal que si la madre pasa todo el día y parte de la noche pendiente de las necesidades del recién nacido, el papá quede relegado a un segundo plano. Esto puede deteriorar la relación.
Muchas veces la falta de atención a la pareja es consecuencia del agotamiento de la madre. Es importante que el padre se implique en el cuidado del bebé. Por la noche ella puede darle el pecho y él cambiarle el pañal y dormirle. Así la madre estará más descansada y más receptiva a su pareja.
Es cierto que durante la baja da pena que el papá se levante a atender al niño, pero es mejor que se acostumbre desde el principio, ya que la baja se acabará y asumir nuevas funciones más adelante será más difícil y podría generar conflictos.
Nota original: erpadres.es