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Primeros pasos de tu empresa en el diseño circular

Por Ecointeligencia @ecointeligencia

Cuando adoptamos una visión holística y sostenible de las actividades que desarrollamos en nuestras empresas, nos damos cuenta de que la economía circular no comienza con la fase de reciclaje de materiales sino con el diseño del activo o del producto o servicio.

Los primeros pasos para introducir el diseño circular requiere revisar la cadena de valor y los procesos

Esto nos lleva a comprender toda la cadena de valor de nuestros productos y abordar el diseño de cada una de las fases que componen los flujos de materiales y de capitales, asegurando la plena implicación de todos los actores que participan.

Este trabajo puede ser mucho más asequible de lo que podríamos pensar empleando una serie de tácticas o pasos que nos ayuden a aplicar el diseño circular de las distintas fases.

Recordemos que entendemos por diseño circular aquella disciplina centrada en diseñar para la economía circular, con una perspectiva regenerativa y con el objetivo de repensar desde el inicio todo el proceso de diseño para que la materia no salga del ciclo de vida de un producto o servicio, sino que vuelva al ciclo una y otra vez integrándose en el ciclo técnico (Tecnosfera) o en el ciclo biológico (Biosfera).

Vamos a ver algunos de estos pasos:

1. Circularidad por diseño y aprovisionamiento

En los últimos años, el papel de aprovisionamiento ha cambiado significativamente para volverse cada vez más importante para la implementación de las estrategias corporativas y, de esta manera, llega a ser uno de los elementos clave del modelo circular.

Todo lo que compra una empresa representa un componente significativo de su circularidad en conjunto, tanto en términos de información, para evaluar el impacto general de su negocio, como en un sentido transformador, es decir, en qué medida maximiza algunos de los elementos de la jerarquía multierre.

Sin duda es una buena práctica el probar soluciones circulares y enfoques de diseño circular en colaboración con nuestros proveedores para rediseñar la cadena de valor.

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Si comenzamos a trabajar en una nueva estrategia de aprovisionamiento, orientada a la minimización de los impactos ambientales y de residuos durante el ciclo de vida de los productos, podemos recurrir a estos 3 pilares:

  1. Lograr el compromiso de los proveedores, recompensándolos cuando sea posible por su participación en la transición al modelo circular.
  2. Poner en marcha procedimientos de seguimiento y definir métricas e indicadores que nos ayuden a ver cómo progresamos.
  3. Practicar la innovación colaborativa, mediante proyectos conjuntos con nuestros proveedores para incorporar los nuevos requisitos circulares en nuestros productos y servicios.

Precisamente el lograr definir e implementar nuevos proyectos circulares con los proveedores permite divulgar y comunicar las ventajas de la economía circular, cuantificar y certificar de una forma más precisa la disminución de impactos lineales, como pueden ser el consumo de agua, las emisiones de CO2, el impacto en el suelo …

2. Dar más relevancia a clientes y consumidores

La economía circular juega actualmente un papel cada vez más importante en las interacciones con nuestros clientes y consumidores, debido principalmente al aumento de interés y preocupación por cuestiones relacionadas con la sostenibilidad de su estilo de vida.

En este sentido, puede ser de interés crear o ampliar la estructura que se dedica al cliente final para tener un contacto dedicado a comunicar y escuchar las cuestiones que nos trasladen o que tengan que ver con la economía circular y nuestros clientes.

Cada vez es más habitual poner en el mercado soluciones destinadas a apoyar la transición a la economía circular que están inspiradas en algunas de estas áreas:

  1. Digitalización y nuevas tecnologías: iniciativas para incrementar el uso de la medios electrónicos que reducen el gasto en papelería, el uso de estrategias multicanal para tener un mejor contacto, el paso hacia la venta y contratación completamente digital, o la incorporación de certificaciones mediante tecnologías avanzadas como puede ser blockchain.
  2. Sensibilización: programas dirigidos a clientes y consumidores tratan de aumentar la conciencia sobre ciertas cuestiones relativas a la sostenibilidad, como pueden ser el reciclaje y recolección de materiales y que pueden redundar en ventajas en la adquisición de productos y servicios.
  3. Catálogo de productos y servicios ecointeligentes: nuestros clientes estarían en disposición de adquirir bienes o servicios que están en consonancia con sus valores relacionados con la sostenibilidad.
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Disponer de una unidad operativa o departamento que actúe como acelerador de circularidad puede ser una oportunidad para difundir las ventajas que supone el modelo circular para nuestros proveedores, socios y clientes.

Otra posibilidad para difundir soluciones innovadoras a nuestros clientes puede ser incorporar metodologías de puntuación para calcular el nivel de circularidad de los productos y servicios ofrecidos a los clientes.

Esto proporciona una diferenciadora herramienta de comparación que puede ser especialmente útil para aquellos clientes que quieren dar prioridad a la adquisición de soluciones sostenibles.

3. Circularidad en los procesos productivos

Son muchos los sectores de actividad que están cambiando significativamente en los últimos años: industrias que se convierten en proveedores de servicios, otros que pueden ser simultáneamente productores y consumidores (prosumidores), la irrupción de prácticas procedentes de la economía colaborativa, y otros casos que nos llevan a escenarios distintos a los que estábamos habituados.

Los procesos productivos se están viendo afectados positivamente por la aparición de las tecnologías habilitadoras digitales (THD) y de lo que se conoce como industria 4.0, que surge como respuesta a los desafíos planteados por la transición energética, la economía circular y la crisis climática que nos está empezado a acechar.

Esto lleva a las empresas industriales a interesarse y a adherirse de movimientos de más calado como son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, lo que supone cambios sustanciales en sus valores y políticas y, por tanto, en cómo producen sus bienes y productos.

En este punto, los modelos de negocio circulares son una herramienta fundamental para identificar nuevos procesos y soluciones tecnológicas innovadoras que faciliten la transición circular, haciendo así el negocio de la red cada vez más competitivo y sostenible a largo plazo.

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Esto se puede traducir en la aparición de productos circulares con unos procesos productivos muy alejados de los disponibles en nuestra empresa. Hablamos de soluciones que reducen las huellas ambientales, reutilizan materiales, alargan su ciclo de vida, o permiten su reciclado empleando la logística inversa.

Aplicando el diseño circular a nivel de producción y con una perspectiva sistémica, se puede conseguir esa minimización en el uso de nuevos recursos, reducir costes a lo largo de todo el ciclo de vida creando así mayores eficiencias.


Para finalizar, lo que nos puede parecer un proceso largo y complejo puede ser asequible si lo enfocamos desde su esencia y nos animamos a dar pasos en la dirección adecuada.

Estos (pequeños) pasos logran sedimentar en la cultura de nuestras organizaciones dando lugar a ejemplos de círculos virtuosos (nunca mejor dicho:-) que posibilitan la tan necesaria transición hacía un modelo circular que nos permite ver el futuro con optimismo en vez de repleto de miedos, amenazas y destrucción de valor.

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