Por Mandy,desde Luxemburgo
Inauguramosnueva sección del miércoles: "Yo soy rebelde". Cada semana haremos un mini homenaje a mujeres que se fueron en contra de lo establecidodurante su época, llegando incluso en algunos casos a redefinir el rol queoriginalmente les fue asignado. Algunas pobres, otras millonarias,cantantes, rockeras, políticas, conservadoras, liberales, aventureras, del ayery de hoy. Todas ellas quebrando el “status quo”.Esta semana seinicia con un toque majestuoso. Dos princesas, ambas europeas, ambas poseedorasde una belleza tan única y controversial como su temperamento y corazón. Solasen sus jaulas de oro, permanentemente en busca del amor verdadero y la libertadde hacer y ser “genuinamente ellas”.Con ustedes, Stéphanie de Mónaco y Lady Diana Spencer.
Stéphanie de Monaco
El antes, con pinta de mujercita bien...
Stéphanie MarieIsabelle Grimaldi Kelly (Mónaco, Palacio Grimaldi, 1 de febrero de 1965) es la hija menor de lospríncipes Raniero III de Mónaco y la famosa actriz de la época dorada deHollywood, Grace Kelly. Fue justamente Stephanie quien iba en elmismo auto que Grace cuando se produjo el accidente de automóvil que le costóla vida a su madre el 14 de septiembre de 1982. Aún hoyexiste el rumor de que era Stéphanie la que conducía; o bien, había unaltercado entre ellas al momento del accidente. La entonces joven princesa tuvoque ser hospitalizada debido a las heridas sufridas en la colisión y no pudoasistir al funeral de su madre.¿Por qué esrebelde?
A diferencia de sus hermanos, la princesa Caroline y el príncipe Alberto,ambos buenos para las fiestas pero siempre manteniendo una postura sobria yreservada en público,Stéphanie fue desde muy temprana edad abiertamente desafiante del estilode vida de la corte real Monegasca. Su marcado lookandrógeno, carácter díscolo y difícil, suagitada vida sentimental la alejaron del prototipo de princesa europea llevandoel apodo de «la princesa rebelde».
... Y el después, como un alien andrógeno vistiendo un atuendo de su propia colección de moda 80tera
Nuncaasumió su papel dentro de la familia principesca, sometido al protocolo y aobligaciones sociales, y prefirió dedicarse al mundo del espectáculo y deldiseño. Ha trabajado temporalmente como cantante, diseñadorade trajes de baño, modelo y artista de circo e incluso se rebeló "a lagran manera" cuando se fue a vivir por un tiempo a L.A. en USA por sucuenta a probar suerte con su música.
Su single "Ouragan/Irresistible" de1986 fue éxito de ventas, vendiendo más del millón de copias solamente en Francia.Apesar del enorme suceso que fue su primer single y consecuente disco, el éxitono estuvo presente durante los más de 5 años que demoró en lanzar su segundoálbum de estudio. Sus irregulares presentaciones en vivo y las fuertestenciones que vivió con su familia durante aquellos años en gran parte fueronentorpeciendo su definitivo despegue hacia el estrellato, y ya a comienzos dellos 90s Stéphanie se encontraba nuevamente de vuelta en Mónaco. Sin embargo, sutraspié musical no significó un apartamiento del mundo del espectáculo.Stephanie siguió involucrándose en proyectos artísticos y humanitarios dediversa índole, desde el mundo de la moda hasta su extensa labor en un sinfínde organizaciones de beneficiencia, la más importante la fundación por la luchacontra el SIDA que ella creó y dirige, "Women Face the AIDSAssociation". Dicha organización seespecializa en dar acogida material y psicológica a mujeres que han sidodiscriminadas por ser portadoras del virus VIH. Como parte de su vida personal,tuvo dos hijos fuera del matrimonio con dos de sus guardaespaldas y se le relacionócon varias estrellas de Hollywood.
Un revelador atuendo en la reciente boda de su hermano deja entrever uno de sus muchos tatuajes
Los Bikinis y el look deportivo, su segunda piel
Invitada varias veces como portada de VOGUE Paris
Debido a su “exótico” currículumreal y su devoción por la lucha contra el SIDA, Stephanie hoy goza de granpopularidad dentro de su país. Con el correr de los aňos el pueblo de Mónaco hasabido apreciar la autenticidad y transparencia con que esta princesa a vividosu vida, muy al contrario del resto de los integrantes de la familia real quienen apariencia han querido camuflar sus escandalosos defectos, como el ya bienreconocido estilo de vida “playboy” del príncipe Alberto (con 2 hijosilegítimos RECONOCIDOS y varios rumores sobre su naturalez infantil y cruelhacia sus empleados y las mujeres en general).Yaunque hoy su rostro muestra el rastro de los excesos y la buena vida bajo elsol, Stéphanie de Mónaco se mantiene siendo un vivo ejemplo de cómo la realezamundial debiese fijarse menos en el protocolo y más en usar supoder e influencia para trabajar a favor de causas de interés humanitario (ysoltarse las trenzas un buen rato).
Las arrugas de la experiencia, el buen vivir y el corazón sincero
Próxima semana,
"Yosoy rebelde: Princesas 2, Lady Diana Spencer"