Príncipes azules desteñidos en tu desktop

“Desktop desteñido”

Al final, siempre y sin ninguna excepción, todos buscamos básicamente lo mismo: “una persona que nos quiera por como somos y no por lo que tenemos”. Deseamos sentirnos a veces protegidos, queridos, admirados… Queremos sentirnos seguros al lado de alguien y a la vez deseamos diluirnos dentro de su mirada y sus sentimientos. Queremos tantas cosas que se nos olvida a veces por completo que mantenemos una relación para evitar la soledad, aunque realmente no te aporte todo lo que necesitas o los sentimientos se hayan evaporado hace meses… Todos buscamos un príncipe azul y una princesa con el vestido de fresa que huela a jazmín.

Todos mas tarde o mas temprano, tras las rupturas, los desamores y malos entendidos… Pensamos que podemos encontrar el amor a través de esos miles de destellos de energía que forma internet, y es así como acabas en una página de contactos donde la edad abarca desde los 16 hasta superior de los 50. Caí en la tentación hace años, cuando una amiga mía encontró a quién creíamos que sería el amor de su vida en una pantalla de plasma. Y aún creemos que seguramente lo sea pero en esta vida no todo es tan sencillo. Allí conocí a un hombre de sonrisa bonita con quién compartí una especie de “tienes un e-mail”, tras un año escribiéndonos semana tras semana nos conocimos en persona, la atracción hizo su efecto en él pero no en mí, y como estoy acostumbrada de hacer en muchos casos… Fui desapareciendo de forma gradual de su vida con muchas excusas baratas sonando a un “lo siento” profundo. Me borré y regresé hace unos meses por dos motivos: primero, porque mi primo no paraba de bombardearme con invitaciones para que me apuntara a ese lugar. Segundo, porque me serviría como experimento para el blog.

Y es que amigos míos… Los príncipes azules no existen, y si aparecen se encuentran desteñidos, porque al fin y al cabo tanta perfección cansa. Pero nosotros siempre acabamos sintiendo algo por esa persona que nos hace un poco más perfecta y nos hace ver la vida con otro color.

Así que el experimento ha comenzado… Poco a poco iré escribiendo sobre la fauna que habita en ella, porque amigos míos… Da para mucho juego, demasiado.