Hace unos días reconocimos los elementos del diseño y dijimos que tanto estos, como los principios que los rigen, son temas que hay que conocer y manejar para diseñar mejor.
Si comparamos al diseño con la preparación de una receta, los elementos serían los ingredientes, y los principios, el procedimiento que seguiríamos para mezclarlos.
Estos principios son: equilibrio, contraste, patrón, ritmo, énfasis, proporción y unidad.
Si bien es cierto que un diseñador puede hacer piezas sin conocimiento previo de los principios (ni de los elementos), dicho conocimiento vale la pena si lo que se quiere es ser un mejor diseñador, el cual alcanza sus objetivos visuales: que sea “bonito”, y de concepto: que comunique, persuada, o resuelva algún problema.