Privatización de la sanidad; mejor no.

Entre acusaciones de mentira y un tufillo más que evidente de maniobra política el proyecto de desgajar la sanidad pública avanza.
La cosa no es si es privatización o no sino si se crean las condiciones para que las posibilidades de negocio a costa de lo público prevalezcan y la sanidad pública quede solo para los nichos de pacientes y enfermos que nos son negocio para las empresas. Es decir acabar con ese principio de escala y de gasto que hace que en su totalidad la sanidad pública sea útil social y económicamente y donde su capacidad de pervivencia vaya más dirigida a su gestión que a su venta en paquetes.
Los hospitales no dejarán de ser públicos, pero los nuevos, amplios y con pacientes jóvenes y rentables quedarán en manos de empresas privadas para los ciudadanos seamnos quienes soportemos la cara b de la sanidad.
Y si mañana la sanidad privada, gestionada sobre infraestructuras y farmacia pagadas por todos, no funciona nos devolverán los desechos teniendo que afrontar la mitad de las pérdidas y con el grave deterioro que ello significa.
No es pagar por una consulta, aunque si por un medicamento, no es enajenar lo público pero si hacer la inversión y dejar que otros ganen dinero y no es liquidar la sanidad pública sino dejar que esta vaya depauperándose y perdiendo calidad  en beneficio de unas empresas que, lógicamente, pondrán entre sus parámetros de gestión el criterio económico. Y esto, que lo sepamo,s no ha funcionado en otros sitios.
Sanidad, derecho universal. Recuerdos del día de mañana.Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte. A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar. Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.