Mejorar la calidad de los servicios públicos y disminuir la burocracia y su costo, es el principal argumento del gobierno para privatizar algunas de las tareas que tradicionalmente ha administrado. Sin embargo, de acuerdo con recientes investigaciones, sucede todo lo contrario: La calidad de los servicios empeora, mientras que el costo de los mismos no disminuye.
Actividades que durante muchos años fueron responsabilidad municipal como la recolección de basura, papeleras, fuentes, puentes peatonales, áreas verdes y camellones, estacionómetros, cementerios y nomenclaturas, por señalar algunas, no mejoraron al pasar de la administración directa del gobierno a particulares, mientras que los supuestos ahorros tampoco se han visto reflejados en el presupuesto público.
Así lo revelan los resultados de la Encuesta de Percepción Ciudadana 2014 del Observatorio Jalisco, según la cual una de cada cuatro personas de la Zona Metropolitana de Guadalajara se siente insatisfecha con los servicios públicos.
Las alcaldías han reducido sus responsabilidades, en tanto que el gasto corriente, los salarios y la plantilla burocrática se mantienen en constante aumento. Tonalá registra el mayor crecimiento al pasar de 2,076 empleados en 2012 a 2,683 en la primera quincena de enero de este año. Zapopan, Guadalajara, Tlaquepaque y Tlajomulco también aumentaron sus nóminas, no obstante las concesiones.
Guadalajara es el municipio que acumula más bienes y servicios concesionados, y la tendencia a privatizar continúa pese a los malos resultados obtenidos.
El fondo del problema es sin duda la falta de una eficaz supervisión de los servicios concesionados, y esta anomalía –cualquiera lo entiende—tiene que ver muchas veces con la corrupción.
javiermedinaloera.com
Artículo publicado por el diario La Crónica de Hoy- Jalisco en su edición del viernes 27 de marzo de 2015.
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