Revista Salud y Bienestar

Problemas derivados de la falta de sueño

Por Itato

¿Cuántas horas duermes? ¿Menos de 7-8? Estar cansado durante todo el día, tener sueño, mal humor  y rendir poco no son los únicos problemas ligados a la falta de sueño, ya que según el último estudio del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y de la Nutrición, de Santiago de Compostela, la falta de sueño interfiere en las hormonas que regulan el sobrepeso. Además, la depresión, el Parkinson, la diabetes y la dispepsia funcional también se les relaciona con trastornos del sueño.

¿Por qué es importante dormir bien?

El sueño es esencial para la vida y es la base de numerosas funciones fisiológicas y psicológicas, como la reparación de los tejidos, el crecimiento, la consolidación de la memoria y el aprendizaje. Aunque no todas las personas adultas necesitan el mismo número de horas de sueño, los expertos consideran que dormir menos de 7 horas por noche de forma continuada puede tener consecuencias negativas para el organismo y el cerebro.

Existe una estrecha relación entre el sueño y el metabolismo, por ejemplo, los períodos más prolongados de sueño profundo se observan en personas físicamente activas y en aquéllas con una glándula tiroides hiperactiva; ambos casos están asociados con metabolismos más rápidos. Por el contrario, las personas con una glándula tiroides hipoactiva y, como consecuencia, un metabolismo más lento, suelen disfrutar de menos horas de sueño profundo.

Algunas investigaciones han señalado que quienes ‘engañan’ a su cuerpo respecto al descanso son más vulnerables a la enfermedad, al estrés, a sufrir problemas de memoria y aprendizaje o a tener accidentes de tráfico. Por si esto fuera poco se ha llegado a la conclusión de que permanecer despierto durante 24 horas puede disminuir tanto nuestras habilidades como una tasa de alcohol en la sangre del 0,10%.

¿Cuáles son los riesgos de tener el patrón del sueño alterado?

Según las últimas investigaciones científicas existen ciertas patologías asociadas con frecuencia con el déficit de sueño en la población sana. Algunas de ellas son:

1.- Obesidad: El déficit de sueño incrementa la producción de ghrelina (hormona del crecimiento que aumenta las ganas de comer) y disminuye la de la leptina (encargada de suprimir el apetito). Una corta duración del sueño puede incrementar el riesgo de obesidad al producir pequeños cambios en los patrones alimenticios que alteran el balance energético.

La apnea del sueño es un trastorno que afecta aproximadamente al 24% de los hombres y al 9% de las mujeres. Se caracteriza por la interrupción momentánea de la respiración durante el sueño, lo que ocasiona un sueño de peor calidad y fatiga durante el día. Existe una estrecha relación entre este problema y la obesidad. Varios estudios han comprobado que las personas con apnea del sueño presentan patrones anormales de sueño que pueden acentuar los trastornos metabólicos asociados con la privación de sueño como, por ejemplo, el aumento del hambre. Es decir, que la apnea del sueño causada por la obesidad podría a su vez influir en el apetito y el gasto energético, favoreciendo la obesidad.

2.- Depresión: En España un tercio de la población adulta y un 25% de los niños tienen algún trastorno del sueño, mientras que la excesiva somnolencia afecta a un 5%, según datos de la Asociación Española del Sueño (ASENARCO), además, si no se pone remedio en la mayoría de los afectados puede debutar un cuadro de depresión.

La falta de sueño podría afectar las respuestas emocionales del cerebro y llevar así a un cuadro de melancolía. La melancolía, por su parte, también afectaría la habilidad para hacer frente al estrés cotidiano, con lo cual se perjudicaría también la concentración y el control de los impulsos.

3.- Neurodegenerativas: La alteración de los centros del Sistema Nervioso está relacionada con el control del sueño, y el propio deterioro del sistema afecta a los mecanismos del ciclo sueño-vigilia, y provoca una mayor somnolencia durante el día.

4.- Diabetes: Los períodos reducidos de sueño están asociados con una menor tolerancia a la glucosa y una mayor concentración de cortisol en sangre. La tolerancia a la glucosa es un término que describe el modo en que el organismo controla la disponibilidad de la glucosa presente en la sangre para los tejidos y el cerebro. En períodos de ayuno, el elevado nivel de glucosa y de insulina de la sangre indica que la administración de glucosa realizada por el cuerpo es inadecuada. Existen pruebas que demuestran que la baja tolerancia a la glucosa es un factor de riesgo para la diabetes de tipo 2. Los estudios sugieren que la restricción de sueño a largo plazo (menos de 6,5 horas por noche) puede reducir la tolerancia a la glucosa en un 40%.

5.- Dispepsia funcional: El dolor en la parte alta del abdomen, así como los trastornos gastrointestinales, puede ser un síntoma derivado de la falta de sueño. Son varios los casos que avalan que las personas que trabajan por turnos tienen más problemas de sueño y gastrointestinales.

El cuerpo humano soporta mejor la sed y el hambre que la falta de sueño

Según declaraciones del doctor Jesús Escribá, experto en trastornos del sueño del Hospital Casa de la Salud, de Valencia, el cuerpo humano puede soportar la sed y el hambre más que la falta de sueño, que condiciona al individuo el resto de su vida.

El doctor Escribá afirma que, “el sueño es una necesidad básica del hombre, tanto como respirar, comer alimentos saludables o hacer ejercicio y, por tanto, es fundamental para vivir más y mejor” y se ha referido a los diversos estudios que han puesto de manifiesto que esa reducción de las horas de sueño altera el sistema hormonal e inmunitario, así como el metabolismo, favoreciendo el desarrollo de infecciones, diabetes, obesidad o problemas cardiovasculares.

Así, “con mayor prevención, reconocimiento y tratamiento de los trastornos de sueño será posible disminuir sus efectos negativos en la sociedad“. Para ello, es fundamental acudir a un especialista en trastornos del sueño tan pronto como sea posible, hoy en día, se dispone de medios diagnósticos y tratamientos muy eficaces para poderlos solucionar.

Problemas como el insomnio, la apnea del sueño, abuso de pastillas para dormir, son más frecuentes en la sociedad de lo que se puede pensar en un principio. Los trastornos del sueño son, en conjunto, la patología médica más prevalente en la sociedad actual.

Decálogo para dormir mejor

1.- Mantener horarios regulares.

2.- La cama es solo para dormir.

3.- Evitar siestas de más de 15 a 30 minutos.

4.- Mantener una dieta rica en frutas y verduras evitando las grasas animales.

5.- No hacer ejercicio entre las 3 ó 4 horas previas al sueño.

6.- Tener una rutina de acciones cada noche que ayuden a prepararse mental y físicamente.

7.- Crear un entorno apropiado para dormir.

8.- Evitar preocupaciones y no tomar excitantes (alcohol, café…).

9.- No ponerse nervioso si el sueño no llega.

10.- Practicar algún tipo de ejercicio de relajación.

Fuentes: ASENARCO, Correo Farmacéutico (6 marzo 2011).

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