Promesa de Sangre. Vampire Academy IV

La vida de Rose ya nunca será igual. El reciente ataque Strigoi a la Academia St. Vladimir ha devastado el mundo Moroi. Muchos han muerto, otros han sido secuestrados, entre ellos: Dimitri Belikov.

Rose tendrá que elegir entre mantener su voto de prote­ger a Lissa, su mejor amiga y la última princesa Drago­mir, o abandonar la academia y buscar a su amado. Pero, llegado el momento…

¿Encontrará el valor necesario para cumplir la promesa que le hizo a Dimitri y terminar con la vida de la persona que ama? 

“Promesa de Sangre” es el cuarto libro de la serie. Me ha gustado mucho como ha desarrollado la historia hasta ahora aunque me ha dejado completamente a medias. Esto es algo que llevo muy mal de las series, por eso no suelo leer series que todavía no estén acabadas. No me gusta quedarme sin saber el final. Con esta serie he hecho una excepción porque ya estaban los cuatro primeros y el quinto ya ha salido.  No obstante, esta novela me ha dejado una sensación rara. Ya el final del libro anterior me gusto bastante poco, porque era algo triste. La novela comienza con Rose dejando su vida tal y como la conoce hasta ahora para embarcarse en un viaje que en principio es de venganza, pero que a mi parecer es más una manera de enfrentarse a un dolor y a una perdida que no sabe como digerir. 

La autora sigue ahondando en el personaje de esta adolescente rebelde e irreverente. Que aunque sigue teniendo comportamientos propios de adolescente, madura a pasos agigantados debido a los acontecimientos que le toca vivir. Rose ya no es esa adolescente sin futuro, sin metas. Ahora es una joven mucho más madura, consciente de su deber, que se ha enamorado y que debe enfrentarse a las difíciles elecciones de la vida. En la Academia ha estado protegida en un entorno controlado, ahora ya no es así. Los strigoi cada vez son más, cazan a sus presas sin piedad y son enemigos a temer. 

La Academía ya no es un lugar seguro, los strigoi ya no son sólo vampiros sedientos de sangre, están organizados, tienen ayuda y los damphir y los moroi deben reconsiderar el modo en que han actuado hasta ahora para luchar contra ellos. Christian es cada vez más consciente de que no encaja en los politiquéos de los moroi, él quiere luchar y esta dispuesto a hacerlo con todas las consecuencias. Adrian es un personaje que también ha crecido, ya no es muchacho alcoholizado y drogadicto, ahora es una baza más contra los strigoi. Enseñará a Lissa los métodos para poder ayudar a los suyos, a usar su especialidad y también a comunicarse con Rose. Aunque  el personaje que más me ha gustado de esta novela es Dimitri. Ya no es el guardian que conocemos, ahora es un strigoi y de lo más retorcido, fuerte y fascinante que te puedas encontrar. 

La novela se desarrolla prácticamente en su totalidad fuera de la Academia lo que da un golpe de aire fresco a toda la historia. Rose se desenvuelve bien fuera de su entorno y gracias a su viaje conocemos a otros personajes de lo más interesante como Abe, un hombre con dudosa reputación, a Sydney una alquimista o a la familia de Dimitri: Victoria, Yeva, Sonya, etc. Conocemos el mundo de un pueblo damphir en las estepas siberianas, todo lo que lo envuelve, las lealtades, las amistades, otros moroi  que también tienen el poder de Lissa. Además otro de los hilos argumentales que presenta la novela con Dimitri convertido en strigoi es lo que Rose será capaz de hacer por amor, que esta dispuesta a ceder por él, que esta dispuesta o no a dejar atrás. Es posible mantener la esperanza cuando parece todo imposible.

Tengo ganas de leer el siguiente libro para saber que es lo que nos deparara la historia con Rose  y Dimitri. Que nuevas sorpresas nos traerá la autora.