El descubrimiento de que el semen actúa como un antidepresivo natural se debe a la Universidad Estatal de Nueva York. El estudio encontró que ciertos químicos del semen humano afectan la biología femenina a través de la absorción vaginal, de forma tal que las mujeres que tienen sexo sin condón, huelen diferente a quienes utilizan el preservativo, ya que sus cuerpos emiten feromonas. Aquellas mujeres que tienen parejas estables y mantienen relaciones sexuales sin protección, presentan menos nivel de síntomas depresivos, mientras que aquellas que tienen sexo con protección y ocasionalmente, el nivel aumenta considerablemente. La vagina está rodeada de una red vascular: arterias, vasos sanguíneos, vasos linfáticos y los químicos que se absorben vía vaginal, los cuales tienen una línea casi directa con el sistema circulatorio periférico. El semen contiene más de 50 sustancias químicas, hormonas, neurotransmisores, endorfinas e inmunosupresores, y diversos compuestos que afectan el estado de ánimo, incluyendo, cortisol (incrementa el afecto), estrona (eleva el estado de ánimo), prolactina (funciona como un antidepresivo natural), oxitocina (eleva el estado de ánimo y genera un sentimiento de apego), melatonina (hormona que regula el sueño), y hasta serotonina (el neurotransmisor antidepresivo más conocido). Las mujeres expuestas al semen se desempeñan mejor en pruebas cognitivas y de aprendizaje, lo que parece sugerir que el semen no sólo hace felices a las mujeres, sino que mejora sus aptitudes intelectuales.