El jengibre tiene muchas propiedades medicinales: mejora la circulación, facilita la digestión, calma la migraña y los dolores menstruales… Puedes prepararla en infusión, tomarla como extracto seco o fluido e, incluso, aplicarla como aceite esencial. Originaria de Asia, es una planta de hojas puntiagudas de color verde oscuro y flores que se agrupan en espigas. Su tallo alcanza hasta un metro de altura y soporta racimos de brotes duros y carnosos, que se secan cuando la planta madura. Su poder curativo reside en el rizoma (brote), de un olor fuerte aromático, y de sabor agrio y picante. De su contenido en aceites surgen los efectos farmacológicos del jengibre, así como su olor y sabor tan peculiares. Sus principales componentes activos son el zingibere y el bisaboleno (aromáticos), mientras que los principios acres o picantes, que se conocen como gingeroles y shogaoles, son los responsables de sus variados efectos medicinales. �
Alivia los malestares digestivos: Al estimular los jugos gástricos, se usa contra la dispepsia. Los beneficios digestivos principales residen en la acción que sus enzimas ejercen sobre las proteínas de la digestión y en su apoyo probiótico a la flora intestinal. Al mantener los músculos intestinales a tono, facilita el transporte de las sustancias, disminuyendo la irritación de las paredes intestinales.
� Protege el hígado: Al ser colagogo, facilita la secreción de la bilis y alivia los síntomas de hinchazón, acidez y flatulencia. En la función hepatoprotectora son mucho más activos los gingeroles (oleorresinas).
� Favorece la circulación: Igual que el ajo, el jengibre hace a las plaquetas de la sangre menos pegajosas, y es menos probable que se acumulen. Puede también disminuir el colesterol en la sangre. Ambas acciones reducen un factor de riesgo importante para la arteriosclerosis.
� Mantiene un sistema cardiovascular sano: Fortalece el funcionamiento general del corazón. Y como tiene propiedades anticoagulantes y antiagregantes, ayuda a prevenir un posible taponamiento de las arterias.
� Elimina los mareos: Su acción antiemética evita mareos y vértigos en los viajes. Este efecto se atribuye a la acción de gingeroles y shogaoles sobre el tracto gastrointestinal.
� Alivia los dolores y molestias menstruales: Por sus funciones antiespasmódicas, algunas mujeres lo usan para calmar los dolores habituales del período.
� Calma migrañas y jaquecas: se usa contra los fuertes dolores de cabeza. Su gran ventaja es que el alivio del dolor ocurre sin el uso de fármacos convencionales, que producen molestos efectos secundarios.
� Mejora catarros, afonía y gripes: Es expectorante y antitusivo.
� Te mantiene joven: La presencia de los extractos etanólico y metanólico en su raíz ha demostrado una fuerte actividad antioxidante.
� Actúa como antiinflamatorio: se ha utilizado con éxito para aliviar la artritis reumatoide.
� Cura la gastritis: Resulta muy útil, sobre todo, en las provocadas por alcohol o estrés, siempre que estén en fases iniciales.
� Te depura: Facilita la sudoración y depuración del organismo.
� Previene tumores: Dos compuestos picantes de la raíz, gingerol y paradol, tienen efectos inhibitorios sobre las sustancias promotoras de tumores.