A la planta de rooibos (Aspalathus linearis) se le atribuyen una gran cantidad de beneficios, empezando por fortalecer las defensas naturales del organismo y mejorar nuestra calidad de vida.
Puede recordarnos al té rojo chino, pero no contiene cafeína ni teína y no inhibe la absorción de hierro por su escaso contenido en taninos. Es esto una de las razones por las que se puede tomar en mayor cantidad que el té o el café.
En el mundo occidental se le conoce a veces como té rojo de África o té de rooibos, pero no es precisamente un té. Es un arbusto cuyas hojas nos proporcionan una bebida rica en minerales y antioxidantes.
Nutrientes del rooibos
Es fuente de minerales como el potasio, el calcio, el hierro, el magnesio y el cinc.
Los antioxidantes junto con el magnesio refuerzan el sistema nervioso.
Además esos antioxidantes tan presentes fortalecen nuestras defensas y retrasan el envejecimiento celular derivado del esfuerzo físico e intelectual, las enfermedades, el estrés, el humo del tabaco, la contaminación, una mala alimentación o la edad.
También se considera un antihistamínico natural que no provoca somnolencia.
La aspalatina y la notofagina son dos flavonoides antioxidantes que contiene el rooibos y que le permiten calmar el asma o las alergias respiratorias y cutáneas.
Tiene un alto contenido en vitamina C, por lo tanto ayuda en la absorción del hierro.
Propiedades del rooibos
- Equilibra el sistema nervioso. Sabemos que al no tener cafeína ni teína no es excitante y además, como decíamos, el magnesio es de gran importancia para el sistema nervioso.
- Protege el aparato digestivo. Mejora la mayoría de los problemas gastrointestinales y tiene efectos muy buenos sobre la diarrea, el estreñimiento, la gastritis, los dolores de estómago, los vómitos y las naúseas.
- Efecto antioxidante y antirradicales libres. También hemos comentado ya sobre su riqueza en antioxidantes, como la vitamina C, los flavonoides, etc, y añadimos el superóxido-dismutasa y la quercetina, que ayudan a combatir el exceso de racidales libres y en el caso de esta última, es beneficiosa en caso de alergias y problemas respiratorios.
- El gran contenido en calcio, magnesio y, sobre todo, flúor hacen que el rooibos sea una planta ideal para nuestros huesos y dientes.
- Volvemos a hacer incapié sobre su efecto antihistamínico.
- Cuida la piel en casos de eczema, picazón, costras, dermatitis del pañal, irritaciones, alergias y urticarias.
- Para la garganta y la boca se pueden hacer gárgaras. Mejora los problemas bucales como las aftas, dolores de garganta, gingivitis y faringitis.
- Tiene propiedades antiespasmódicas, es útil en casos de cólicos infantiles. Y hablando de niños y bebés, es un gran complemento nutricional por su riqueza en minerales.
- Favorece el crecimiento del pelo y su condición general.
- Y el efecto que más nos gusta en esta época del año es el adelgazante. El rooibos equilibra los niveles de potasio y sodio, fundamental para eliminar la retención de líquidos. Tiene un fuerte efecto diurético.
- Combate el estreñimiento y las malas digestiones.
- Carece de azúcares, su sabor proviene de los aceites esenciales y de las flavononas, un tipo de fructosa que no tiene calorías.
Preparación de la infusión de rooibos
- Se calienta el agua en un hervidor o al fuego hasta que esté a punto de ebullición.
- En una tetera o recipiente se echa una cucharadita de la planta o un saquito de la misma, solo 1 cucharadita o bolsita por persona y taza.
- Se vierte el agua encima, se tapa y se deja infusionar por lo menos 5 minutos.
- Se cuela o se saca la bolsita y está listo para tomar.
- Puede servirse solo, con leche vegetal fría o caliente o, si es con agua, se le puede agregar limón.
- También se puede endulzar con un poco de azúcar de caña, miel, sirope de ágave, pero se puede tomar solo.
- Ahora con el calor que empieza se puede preparar como té helado.