El eterno dilema de todo seriéfilo: ver los capítulos en cuanto salgan o esperar a tener la temporada (o incluso la serie) completa. Sobre todo ahora, que llega el verano y la mayoría de nosotros tenemos tiempo de sobra, nos surge esa duda. ¿Empezamos una serie que no está todavía terminada? ¿Cuáles son los riesgos?
PROS:
Evitar los dolorosos (dolorosísimos) spoilers:
Imagínatelo, meses o incluso años esperando a que acaben de grabar una serie, llega el gran final: el personaje principal muere, asesina a su mejor amigo o, yo qué sé, se muda a Florida con toda su familia. Miles de fans indignados (tan indignados como lo hubieras estado tú de haber visto la serie al día) bombardean las redes sociales. Qué si tuits, qué si fotos, qué si gifs. Y los hay cuidadosos, no digo que no, los hay de los que se contienen o de los que avisan antes de cualquier comentario que vayan a hacer. Pero una sola persona descuidada y… ¡boom! te ha fastidiado toda la serie. Eso nunca te ocurrirá si ves una serie al día, si te enteras de lo que ocurre antes de que nadie pueda estropearte la sorpresa.
Poder comentarla:
Todo dolor es mucho menor si es compartido y las alegrías también son mejores si tienes con quien comentarlas. ¿Qué hay mejor que publicar en Twitter, Tumblr o Facebook una frase épica de tu personaje preferido? ¿O criticar el giro argumental del último episodio con tus amigos mientras tomáis algo? Qué sí, qué eso también lo puedes hacer cuando la serie ya ha terminado, pero no es lo mismo. El resto no compartirá tu misma sorpresa o tu misma felicidad o tu mismo enfado, porque el suyo ya ocurrió y ya fue superado hace meses cuando se vieron la serie.
Te dura mucho más:
¿Quién no se ha empezado alguna vez a maratonear una serie y a los pocos días ya se la había terminado? Y hay veces que es lo mejor: una serie menos por ver, ya puedes comenzar con la siguiente en tu lista de “pendientes”. Aunque, la mayor parte de veces no es tan fácil, echas de menos a los personajes, sus historias, sus divertidas ocurrencias… y quieres ver más, pero no tienes más.
CONTRAS:
Adiós a los maratones de verano:
Porque verse un capítulo tras otro y no parar en toda la tarde también tiene sus partes buenas. Cuando te dejan con la intriga de qué ocurrirá o cuando te has divertido tanto que ver otro es lo único que se te ocurre para pasar la próxima hora. Y no hablemos de la tortura que supone tener que esperar una semana entera para ver otro episodio, ¿qué haces mientras tanto? ¿Esperar? ¿Hacer otra cosa? ¿Salir a la calle?
La posibilidad de que la cancelen:
El riesgo de que cancelen una serie o de que la destrocen hasta perder toda su calidad inicial siempre está ahí, pasar años enteros siguiéndola para que ni siquiera tenga un final decente. Entonces te preguntas, ¿me la hubiera empezado sabiendo que iba a terminar así? Si ves una serie ya terminada conoces el número de temporadas y más o menos las opiniones entre la gente en el trascurso de ésta, sabes perfectamente a lo que te expones.
Que se te olvide algo:
Si ves una serie al día tienes que esperar una semana para poder ponerte el próximo capítulo, una semana en la que olvidas montones de cosas que pueden recordarte o no al inicio del episodio siguiente. Lo sé, quizá estoy exagerando, quizá soy yo que tengo una memoria horrible, pero seguro que no soy la única a la que le ha pasado. Y no hablemos de las semanas en las que no hay capítulo o en las esperas entre una temporada y otra. ¿Sabéis cuando no se te olvida nada? Cuando ves un capítulo detrás de otro sin que pase tiempo suficiente para pensar en nada más que en la serie.
Pues estos son los pros y contras, ahora decidir es cosa vuestra, ¿con qué os quedáis vosotros?
Victoria (@MissGoingAway)
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