Revista Ciencia

Prospectivas asombrosas: prospectiva Nº 3

Por Daniel Paniagua Díez
Prospectivas asombrosas: prospectiva Nº 3

Prospectiva Nº 3

Tendremos que hacer algunos cambios en nuestra dieta diaria, aunque sigamos la mediterránea, en España y Portugal. Poco a poco se irá eliminando todo tipo de carne y pescado; por muy diversas razones nos llevarán hacia una dieta más o menos vegetariana. Se tenderá hacia una agricultura más ecológica; aunque primero se tienen que hundir las compañías que controlan las semillas, los transgénicos, y los grandes mercados de carne.

La alimentación será de proximidad, de la región, del país como mucho; y a no tardar muchos años (mucho trabajo para los veterinarios auspicio, como en estos meses están teniendo los sanitarios). Están especulando con el precio del agua potable al otro lado del charco, consiguieron privatizar ríos y embalses de países enteros para adeñuarse de ellos y cobrar por ella, ¡como si fuesen sus dueños! Dueños del agua, de la luz, del... ¿dónde se esconden?

Prospectivas asombrosas: prospectiva Nº 3

El agua de este mundo contiene maravillosas enseñanzas y ningún ser humano o corporación puede reclamar propiedad sobre ella. Una muy simple idea y para meditar un poco: recientes estudios han demostrado, sin género de dudas, que lo que llamamos agua en realidad son dos líquidos. Uno sería el agua propio de este planeta desde tiempo inmemorial, y el otro agua diluvial: la que cayó con el "Diluvio Universal", procedente de otro planeta, ignorado.

Prospectivas asombrosas: prospectiva Nº 3

¿Quién puede reclamar su propiedad? ¿Quién, en este mundo, puede decir: soy el dueño del agua que cayó del Cielo? Tiene que haber muchos cambios en nuestra manera de pensar en la década que comienza. Fin de las especulaciones con las cosas de comer. No somos lo que comemos, somos lo que amamos y los "ratas" que han preparado estas movidas no-tienen-amor-alguno.

Prospectivas asombrosas: prospectiva Nº 3

Cambios profundos en la medicina, que cada vez somos más en reclamar. Los hospitales actuales son enjendros monstruosos; no fueron pensados para sanar si no más bien para sacarles los cuartos al personal. Irán despareciendo como los bancos y las financieras, son más del mismo negocio. Los apartaderos humanos llamados Residencias de la Edad Dorada, donde encierran a los ancianos hasta que se van para otro barrio, también habrán de cambiar de función y funcionamiento. La vida humana vale más que todos los tesoros de este mundo. Y esto es algo que tendremos que visualizar... a toda velocidad.


Daniel Paniagua Díez

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