Si el suelo es rico en nutrientes y en materia orgánica las rotaciones del cultivo se pueden hacer anuales pero, en el caso de que el suelo no tenga mucha materia orgánica y la calidad en la estructura sea algo escasa, se aconseja que las rotaciones sean estacionales en vez de anuales.
Con esto lo que se consigue es disminuir la “fatiga” del suelo y que descanse porque las necesidades de todas las plantas no son iguales como hemos visto en post anteriores.
Dicho esto, paso con la explicación (resumida, como siempre) del cuarto taller formativo de nuestro EcoHuerto. La protección de cultivos.
El objetivo de un huerto es dar alimento y por eso mismo se considera vital el protegerlo y evitar en la medida de lo posible heladas, enfermedades, estrés hídrico…
Antes de proteger el huerto debes saber de qué vamos a protegerlo y el factor más importante para eso es el clima pero de forma general debemos protegerlo de los factores abióticos como la temperatura, las heladas, el viento, el agua, etc y los factores bióticos como las plagas, otras especies…
La temperatura de la planta y la del ambiente no son iguales porque las plantas son capaces de enfriarse por evaporación y de calentarse por irradiación.
Las plantas buscan alcanzar su temperatura óptima, para lo que es muy importante que exista un equilibrio entre la temperatura ambiental, la humedad relativa y la luz. Si los niveles de luz son altos la planta se calentará demasiado, produciéndose una diferencia entre la temperatura ambiental y la de la planta. Para enfriarse, el índice de transpiración de la planta deberá aumentar.
Al igual que ocurre con la temperatura, el índice de transpiración depende de condiciones medioambientales como la luz, el nivel de CO2 en la atmósfera y la humedad relativa, pero también de la especie de la planta.
Por tanto, se debe de intentar conseguir un equilibrio para obtener la temperatura óptima, ya que un exceso de calor o frío afecta a la fotosíntesis, respiración, permeabilidad de las membranas celulares, etc
Por ejemplo la llegada de las heladas es una época muy difícil ya que las plantas se pueden enfriar a una temperatura mínima mayor a 0ºC pero se pueden congelar a una temperatura mínima inferior a los 0ºC.
Se establecen 4 grados de daños por heladas, que involucran la acción de los factores anteriores.
a) El frío daña o mata órganos vegetativos, tales como hojas y tallos, perturbando las funciones de los órganos restantes.
b) La helada destruye un gran porcentaje de flores, impidiendo así que muchas de ellas se transformen en frutos.
c) La baja temperatura destruye los frutos en formación, y los que sobreviven resultan mal formados.
d) El frío es lo suficientemente intenso y prolongado como para provocar la muerte de la planta completa.
Para esto se puede poner botellas o garrafas de plástico (en función del tamaño) encima de la planta (importante a edades tempranas sobre todo) simulando un invernadero individual evitando las bajas temperaturas y el viento, otro factor abiótico, puesto que perjudica la polinización y facilita la erosión por lo que a largo plazo nos quedaremos sin suelo.
No solo se evita con botellas, la mejor forma es tener un seto alrededor del huerto para impedir la entrada del viento. Una barrera natural y atractiva no solo al ojo humano sino también al de muchos insectos que darán mayor biodiversidad al terreno, para esto se puede plantar romero, salvia y adelfas, realmente cualquier tipo de planta que sea robusta y que impida la entrada del viento, sobre todo cuando es fuerte.
Sin embargo, también hay que mirar que no de demasiada sombra a lo largo del día.
Volviendo a la temperatura debo de añadir que también hay otras medidas para proteger el cultivo pero son más costosas además de tener un impacto visual negativo como es el caso de las mantas térmicas o los túneles de viento, apto para ambos.
Túneles de viento
Mantas térmicas
Aunque en mi opinión dan más problemas que arreglan.
Otro factor a tener en cuenta es el agua, no podemos regar en cualquier momento.
Si por ejemplo regamos y a las horas llueve conseguiremos un aumento de evaporación y transpiración además de percolación y escorrentía, dicho de otra forma “tiramos el agua por el desagüe” y hacemos daño al suelo.
La mejor forma de regar es cerca de las raíces de las plantas y si estamos eninvierno hacerlo por la mañana, así evitaremos las heladas y en verano hacerlo por la tarde ya anocheciendo para refrescar al suelo y a las plantas con tanto calor durante todo el día.
Información aportada por CEA El Acebuche y AulaVerde.
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