En esta época, los pies están más expuestos a infecciones y hongos; las razones principales es que nos descalzamos con frecuencia en piscinas, playas y duchas, con lo que estamos más predispuestos al contagio, y transpiramos más, lo que facilita la proliferación de los hongos (micosis).
Hay muchos tipos de infecciones por hongos, pero el más corriente es el denominado pie de atleta. Es fácil reconocerlo porque produce picor, enrojecimiento, se hacen fisuras dolorosas, costras o descamación entre los dedos y en la planta del pie. El picor llega, incluso, a desesperar a quien los padece.
Lo mejor es que acudas al dermatólogo para evitar que se extienda y se prolongue durante mucho tiempo. Se tratan con antifúngicos (antimícoticos) locales, que tienen la capacidad de evitar el crecimiento de algunos tipos de hongos y de eliminarlos. En casos graves, el dermatólogo los recetará en forma oral.
¿Cómo proteger nuestros pies?
Si cuidas tus pies los protegerás; si se tiene tendencia a tener hongos, hay que ser muy meticuloso y aseado.
Así puedes evitar la aparición de los molestos hongos:
- Seca muy bien entre los dedos de los pies después de la ducha. Si tienes tendencia a sufrir hongos usa algún producto que te seque la humedad bien (algún secante como el talco), antes de calzarte.
- Ten controlado el sudor. Existen en el mercado desodorantes específicos anti-transpirantes para los pies, que ayudan a controlar la humedad.
- Si es necesario usa un desinfectante. Si tienes grietas entre los dedos utiliza un antiséptico para facilitar la cicatrización y evitar posibles infecciones debido a las heridas.
- Utiliza chanclas o zapatillas de goma. Siempre, hay que usar las chanclas en piscinas, saunas, gimnasios y zonas públicas donde se esté en contacto directo con la humedad.
- Usa calzado que permita la transpiración. A ser posible, utiliza zapatos de piel o materiales naturales. Si utilizas calzado deportivo cerrado, no lo uses sin calcetines. Una buena opción es alternar los zapatos cada día, de manera que se puedan secar por completo de un día para otro.
- Los calcetines que sean de tejidos naturales. Debes cambiarlos por lo menos una vez al día, para mantener los pies secos.
- Hidrata bien tus pies. En verano, sobre todo, la piel de los pies sufre muchas más agresiones que en otras épocas y se producen las grietas. Para evitarlas, hay que tener los pies muy bien hidratados con cremas especiales para esta parte del cuerpo.