Proteínas para escolares

El curso empieza ya. En el rendimiento escolar de nuestros hijos, así como en su crecimiento, influyen varios factores, pero es evidente que las necesidades alimentarias asumen gran importancia. Solo hay que pensar en el consumo de energía a que se somete el organismo humano durante la adolescencia.
Hasta los 16 años deben estar presentes en la alimentación todos los principios nutritivos: hidratos de carbono, grasas, vitaminas, minerales... y, sobre todo, las proteínas. Un insuficiente aporte proteico repercutirá sobre el desarrollo, la resistencia física y sobre la capacidad psíquica del joven.

Intentaremos dar algunas sugerencias prácticas:
No es necesario recurrir, siempre, al filete de ternera (de coste elevado) para aportar proteínas; hay que saber que las proteínas de origen animal se encuentran en muchas otras carnes y otros alimentos más baratos. Basta pensar en el pollo, o en la carne fresca de cerdo, o en el pescado fresco o congelado, o en toda la gama y sabores de los quesos.
Los huevos son también muy útiles. Además del contenido proteico, su contenido en hierro resulta indispensable para preservar de la anemia. Y, por supuesto, la leche en sus múltiples trasformaciones (yogurt, helados).
A veces ocurre que los chicos vuelven a casa con un apetito voraz, cansados, y se sacian con un primer plato demasiado abundante. Luego pueden rechazar el segundo a base de carne, pescado, huevos o queso, y se exponen a olvidar las proteínas que, como hemos visto, son tan importantes para su salud. Una de dos: o preparamos un primer plato con todos los nutrientes, donde abunden las proteínas, o hacemos una ración pequeña, de forma que quede hambre para el segundo.