Revista Libros

Providence de Juan Francisco Ferré

Publicado el 05 marzo 2010 por Aramys

Providence de Juan Francisco Ferré

Llevo varios días dándole vueltas a este libro. Cuando lo terminé me quede bastante confundido, sin saber muy bien que pensar sobre lo que acababa de leer. Tengo una opinión global y clara sobre el libro, pero salpicada de múltiples matices que hacen difícil una conclusión exacta, definitiva.

Hay en el libro una opinión de Álex, el protagonista, sobre un trabajo que le dan a leer. Reproduciendo esa cita os podéis hacer una idea sobre la impresión que me ha quedado sobre esta novela:

¨la única pega crítica que Álex le encuentra al conjunto es el exceso, la abundancia, la marcada tendencia a lo informe y lo desangelado del formato narrativo¨

Bien, dejando a parte lo desangelado del formato, que poco tiene de desangelado y mucho de texto de calidad, si me ha parecido una obra excesiva, abundante. Excesiva en muchas cosas, vamos por partes:

1-La historia, desnuda y simple:

Álex Franco, nuestro protagonista, es un director de cine mediocre que ha hecho algunos pinitos en el cine underground con algunos de sus cortos.  La novela da comienzo en Cannes, donde Franco acaba de estrenar su primer largometraje La Fiesta grande, con un tremendo fracaso. En el hotel, después del estreno, conoce a una mujer Delphine, con sesenta años a sus espaldas. Esta misteriosa Delphine, porque es misteriosa, primero le propone tener sexo sin contemplaciones ni complicaciones, tanto con ella, como con una muñeca replica de la misma Delphine, para presentarle luego una oportunidad de trabajo en conjunto. Delphine quiere que reescriba un guión de una película que nunca llego a rodarse, para ello Álex volara a Providence en Estados Unidos y allí, mientras trabaja de profesor en la Universidad de la cuidad, escribirá su guión.

Álex nos cuenta al mismo tiempo, que hace unos años, en Marraquech, tuvo un encuentro con un misterioso personaje (misterio de nuevo) al que no le vio la cara, una madrugada al llegar de tomar unas copas (y vivir un episodio emocionante con un colega de profesión y dos mujeres dadas a la buena vida nativas del lugar). Este misterioso personaje, a todas luces entre lo real y una ensoñación del propio Álex, cierra una especie de trato con él mediante el cual, su vida dará un increíble giro hacia la fama y el renombre, únicamente a cambio del valor de sus películas, a partir de ese momento las películas que ruede Álex dejaran de ser suyas.

Álex en esa habitación de hotel, junto a esa estrafalaria mujer y su oferta de trabajo, no puede dejar de pensar, o no podemos nosotros dejar de pensar, en que unos cuantos años después, es el principio del contrato que sello en Marraquech con aquel difuso e irreal personaje. O no.

2-La multitud de capas

En la novela se entrecruzan lo real y las ensoñaciones, lo irreal, de echo es difícil saber cuando algo es real o no. Damos por hecho que todo lo que pasa es real, pero tenemos episodios de irrealidad (creo). Uno de ellos es en el aeropuerto, al llegar Álex a los estados unidos. Primero se nos cuenta una versión de la llegada cruda y violenta, perfectamente real, en que Álex es confinado e interrogado, y prácticamente torturado. La segunda versión es totalmente diferente, la segunda versión es la de cualquier pasajero al llegar a un aeropuerto para enlazar con otro vuelo. Con el añadido del encuentro casual con una amiga y sexo feroz en los lavabos. ¿Cual de los dos episodios es real? ¿Cual de los dos ha llegado a suceder?

Durante la novela Álex recibirá unos correos electrónicos con unos densos mensajes. Alguien pretende ayudarlo en Providence. Estos correos electrónicos nos cuentan otra historia, nos cuentan sobre Providence y sobre la figura de Lovecraft. Se inicia así otra novela dentro de la novela.

3-Los excesos

Si bien todo empieza con claridad, al llegar Álex a Providence, para mi gusto, todo entra en una densificación del mensaje, de la historia. Una vez en Providence la historia se ramifica y se abren multitud de escenas. Álex imparte clases de cine a la universidad, y esa es una de las ramificaciones que peor he llevado, el cine. No me interesa el cine. Álex habla interminablemente sobre cine con sus alumnos, sobre sus clases, sobre la política en el cine, hace comparativas en los años del cine, épocas, directores, etcétera.

El sexo ocupa una parte muy importante de la novela. El sexo es omnipresente. Álex practica sexo con una facilidad y un detalle, para mi gusto, excesivos. Las escenas de sexo son muchísimas y escenificadas como he dicho al detalle, me ha parecido estar leyendo no ya una novela erótica, si no una novela pornográfica, y que Ferré me perdone. A Álex le vasta cruzar unas pocas palabras para besarse y seguidamente  acostarse con mujeres o conseguir felaciones o incluso masturbar a sus parejas. Lejos de incomodarme (a mis treinta i tres años ya no es posible) me ha aburrido, mucho. Puede que Ferré nos quiera enseñar la promiscuidad de nuestro protagonista, que ligada a esa vida de éxito y disfrute de la que es participe, por su condición de peón en el irreal contrato, tenga mucho sentido; pero eso no le quita ni un poco de lo excesivo.

La novela es un gran juego narrativo, del que el lector incauto saldrá confundido, como en mi caso. Para mi gusto, que no es el de la mayoría ni muchísimo menos, la novela se pierde en sermones inacabables y juegos de luces que se desarrollan en paralelo a la historia central y que acaban diluyendo ésta, hasta perdernos en un embrollo narrativo descomunal.  De calidad narrativa excelente e hipnótica, pero con una historia que se descompone y pierde inmerecidamente.

No lejos de aquí hay unas cuantas reseñas mucho mejores que esta sobre Providence, e incluso el blog del propio Ferré, san Google os enseñara el camino.



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