Me voy unos días y ¿Qué me encuentro al volver? …Desmadre total en el huerto.
Insumisión, invasión, rebelión…
Los sustitutos en su cuidado (y vigilancia) se han cubierto de gloria y, claro, los tomates se los han toreado como han querido. No es por darme importancia pero…No sé que hubiese pasado si no hubiese hecho esta paradita en mi” ir y venir “vacacional. Es posible que haya salvado a la humanidad de una invasión de cherry en toda regla. Ahí es nada…
En mi primera incursión, he observado los cambios. Despendole y jolgorio. Ramas , frondosas y nuevas, por aquí y por allá. Tan, tan allá que se han torcido y retorcido, incluso traspasando las fronteras del huerto. Enseguida me he dado cuenta que eso era peligroso. Van avanzando, poco a poco, como quien no quiere la cosa, invadiendo el espacio.
Ese grupito de ramas rebeldes, se hacen llamar “Las caprichosas”. Parece ser que formaron el grupo de resistencia, tras una tormenta que las liberó de su entutorado.




La verdad, no sé como pararlas…No hay forma humana de poner más cañas…
Pero lo que más me ha alarmado , ha sido la amenaza que se cierne sobre el pacífico perejil. Él, que estaba ahí, desbordándose al sol mediterráneo, se ha encontrado con una rama de tomatera, marcando el territorio…


El mensaje les ha quedado claro.
He vuelto y mañana, voy a podar. ; – )
