Revista Diario
Seguramente esta estación de metro sea conocida por muchos de vosotros pero yo la descubrí hace, como quien dice, dos días.
Iba "enMimismada", mirando hacia la infinita oscuridad del túnel cuando de repente se hizo la luz y apareció una pared con pequeños azulejos blancos y rectangulares típicos de las primeras estaciones. Dentro del rombo rojo: "CHAMBERI"
-¡Oh!, ¡una estación fantasma!. Genial, próxima entrada Chamberí.
Pensaba que tendría que volver a hacer el trayecto Bilbao-Iglesia o viceversa para conseguir la foto pero cual fue mi sorpresa cuando con dos palabras en el afamado buscador comprobé que era un museo gratuito. Así que allá que me fui.
Nada más picar mi billete y atravesar el torno llegué al siglo XX.
17 de octubre de 1919.
Alfonso XIII, bastón en mano, se atusa el bigote. Acaba de inaugurar la primera línea del metropolitano que lleva su nombre como reconocimiento a su aportación personal de un millón de pesetas para la realización de la obra.
El arquitecto, Antonio Palacios, se muestra orgulloso de su proyecto. Su idea de utilizar cerámica con acabados brillantes y coloristas para conseguir que la gente pierda el miedo a bajar los 10 metros de profundidad y a viajar en estos trenes que circulan ¡a 25km/h! parece que va a surtir efecto.
Las familias obreras de Cuatro Caminos están contentas sabiendo que podrán acercarse a Sol en pocos minutos atravesando tan solo seis estaciones:Ríos Rosas, Martínez Campos (Glorieta de Iglesia), CHAMBERI, Glorieta de Bilbao, Hospicio (Tribunal) y Red de San Luis (Gran Vía).
De repente se acerca el tren ante las caras de asombro de los que allí se agolpan.
Acaba de nacer la línea uno y con ella Madrid entra en el club de las ciudades europeas con underground : Londres, Budapest, París y Berlín.
Ni se podían imaginar entonces que solo era el principio de los más de 280 km de vías, 14 líneas y 292 estaciones que tenemos hoy.
A veces vuela, otras saca de quicio.