Nuestra visita a Trieste fue de paso, pero tengo por seguro que volveré de nuevo y esta vez le dedicaré el tiempo que se merece. Trieste es una gran ciudad y un buen destino pero, bajo mi punto de vista, se ve eclipsada por otras ciudades italianas como Roma, Milán o Florencia. Como he dicho antes estuvimos de paso, llegamos desde Eslovenia y teníamos que hacer tiempo para coger el tren y dirigirnos hacia Venecia. Pudimos estar como una seis o siete horas, aunque desgraciadamente se vieron reducida por la lluvia. Pasamos de un día soleado a un señor chaparrón, como podréis ver en las fotos.
Fue poco tiempo pero lo aprovechamos muy bien, pudimos ver muchos de los hermosos monumentos que adornan la ciudad y tomarnos un buen café en sus bares . Trieste fue durante un tiempo gobernada por Venecia y después formó parte del Imperio austrohúngaro, siendo ésta su única salida al mar por lo que el imperio invirtió una gran cantidad de dinero en su puerto y su industrial naval.
La ciudad se podría dividir en dos partes: parte alta que conserva las edificaciones más antiguas como la catedral, y la parte baja. Por tiempo, solo pudimos visitar la parte baja.
El Gran Canal y la Iglesia de San Antonio
Llegamos a Trieste en autobús, y cuando salimos de la estación y andar un poco lo primero que vimos fue el Gran Canal, que se encuentra en el centro de la ciudad. Con sus pequeñas barquitas reposando en sus aguas y con la iglesia de San Antonio al fondo, este conjunto forma una bella estampa y donde el atardecer es increíble. Los lados del Gran Canal están llenos de locales, lo que hace de ésta una buena zona para pasear y disfrutar con tranquilidad.
Gran Canal
También pudimos ver el Teatro Romano, que data del siglo I d.C. Sus restos se encuentras a pie de calle aunque su conservación no es del todo perfecta. Situado bajo la colina de San Giusto y detrás de la Plaza de la Unidad. Fue descubierto en el año 1938 tras unas remodelaciones urbanas. Toda la decoración del teatro, como estatuas y placas, se encuentran ahora en el Museo de Historia y Arte de Trieste.
Teatro Romano
Otro lugar que no te puede perder son los antiguos cafés de Trieste, no se puede venir hasta aquí y no sentarse a tomarse un café en ellos. Algunos aún siguen igual que hace años, otros han sido restaurados pero no han perdido su esencia. Nosotros estuvimos en el Café San Marcos, y bastante tiempo debido a la lluvia. Algunos se encuentran debajo de soportales lo que los hace ideal para días lluviosos como el que nos tocó o demasiado calurosos. Estos lugares no son solo sitios para tomar café sino que también se han convertido en una parte de la ciudad y su gente, actuando como punto de encuentro. Muchas figuras importantes de la política, literatura o artistas pasaban el tiempo en ellos buscando su inspiración.
Plaza de la Unidad de Italia
El centro de la ciudad es la Plaza de la Unidad, la más importante de la ciudad y una de las más grande de Europa con salida al mar. A menudo se hacen eventos y conciertos en ella. En su interior te encontrarás hermosos edificios como:
Palacio Comunal.
Palacio Modello, llamado así porque tenía que ser el modelo arquitectónico a seguir para otros edificios que se construyeran en la Plaza.
Palacio Stratti, con su histórico Café de los Espejos y que aún te recuerda su pasado austrohúngaro. Palacio del Gobierno, que es la actual sede de la prefectura y que posee unos hermosos mosaicos en cristal de Murano.
Palacio Pitteri.
Palacio del Lloyd Triestino (una de las más antiguas sociedad de navegación de Europa).
Palacio del Gobierno en la Plaza de la Unidad de Italia
Pasea por la Plaza de la Bolsa y contempla el edificio del mismo nombre, construido en 1802 y que actualmente acoge la Cámara de Comercio. Su arquitectura esta inspirada en los antiguos templos griegos.
Uno de los edificios más bonitos es la Iglesia Orotodoxa de San Spiridon, se encuentra al lado de la Iglesia católica de San Antonio. Construida por Carlo Maciachini e inaugurada en 1868. Posee la típica planta de las iglesias ordotoxas y sus cúpulas están cubiertas por un mosaicos en color azul, resaltando sobre el resto de la edificación hecha en tonos claros.
Iglesia Ortodoxa de San Spiridon
Otra cosa a tener en cuenta en esta zona es la Bora de Trieste, un viento típico de la ciudad y que incluso llega hasta Venecia. La Bora puede llegar a soplar bastante fuerte, en algunos lugares se han registrado ráfagas de hasta 230 km/h. No sé si cuando nosotros estuvimos nos cogió este viento pero si que nos hizo bastante aire, hasta tal punto que el paraguas no servía para nada. A la misma vez que te mojabas te ibas secando del aire que hacia. Abandonamos (bajo la lluvia) la ciudad en tren (la estación de tren se encuentra al lado de la estación de autobuses) con destino a Venecia.
El final de nuestro día... lluvia
Como toda ciudad fronteriza, Trieste ha recibido la influencia de varios pueblos lo que se refleja en su arquitectura y en sus habitantes. Una ciudad serena, elegante, viva y con una gran historia que contar. ¿Te lo vas a perder?
Cansada pero feliz de haber podido visitar esta ciudad