Proyección de una Imagen de Marca

Si has rescatado el contenido que perfila la Imagen característica que marca tu diferencia, te has encargado de crear estructuras sólidas que permitan la potenciación de todos los conceptos de Marca que se encuadran ajustados a tu proyecto, debes permitir la relación construyendo los canales de proyección de esa Imagen de Marca que comienza a levantarse y para ello, no hay camino más correcto que asumir que son las individualidades que, trabajan contigo, las que tendrán que vivir dentro de unos parámetros que les permitan crear mejoras a un Valor Funcional, un Valor Emocional y un Valor de Responsabilidad Social Corporativo que terminará proyectándose en todos los puntos de encuentro como una experiencia para compartir que, devolverá la Reputación deseada.

La Imagen Corporativa vive a gusto en entornos donde la réplica no tiene cabida, la anulación de cualquier objeción es su objetivo principal, los recursos de comunicación preferidos son los canales de emisión que no permiten una comunicación bidimensional o donde se espera, trabajando para conseguir solo la aceptación, sin obstáculos del mensaje que emite. Cuando las vueltas son ineludibles, tiende a retrotraerse sobre si misma y muestra un carácter agresivo que soluciona escondiéndose y alejándose más de los puntos de encuentro y allí donde los empleados tienen más cosas que contar que las propias juntas directivas nutridas con costosos estudios de mercado, la lejanía se marca imponiendo órdenes que, a pesar de los esfuerzos por desgeolocalizar las actividades para evitar la comunicación de las infinitas contradicciones que genera, las incongruencias terminan percibiéndose y transmitiéndose, sin que se pueda hacer más que arroparse con ciertas tonalidades de arrogancia y soberbia que  ocultan, bajo esmerados controles de "calidad", la incapacidad para valorar su propia diferencia y las aportaciones de quienes terminan convirtiéndose casi en enemigos declarados cuando, en realidad, no dejan de ser grupos interesados en el modelo de negocio, evidenciando la capacidad que se puede aglutinar en estrategias de expansión y la incapacidad absoluta de mantenerse en entornos y comunidades de relación que se prolonga en el tiempo.

La Imagen de Marca, se proyecta, con mucha más facilidad en esos entornos alejados, a conciencia, de una Imagen Corporativa que vive enrocada porque no puede más que dar por perdida la partida, allí donde la interacción muestra la ineficacia de un solo discurso repetido, hasta decir basta, por muy hermoso, bello, atrayente y sugerente que este se muestre. 

Los espacios se atención al consumidor y todos los puntos de encuentro, con los grupos interesados, son el soporte publicitario de Branding y lo son, restando importancia a los soportes de Marketing, en la medida en que, la relación y la comunicación bidimensional, se ocupan de mantener un conato de relaciones óptimas que han de ganar la confianza para obtener devoluciones en fidelización, más allá, de hasta donde dura la oferta.

Y casi, sin venir a cuento, te pilla de frente la certeza de que todo lo que desestimó y alejó la Imagen Corporativa como, elementos nefastos en períodos de expansión, son, sin embargo, los núcleos de atención e inversión que deben ocupar a la Imagen de Marca, resaltando que mi espacio de atención debe convertirse en un espacio adecuado para compartir experiencias y donde establecer los canales de comunicación correctos para proyectar contenidos, obteniendo feed  back y transformando a los trabajadores, menos cuidados, a embajadores capaces de levantar y sostener una Cultura de Marca. Mientras, los eventos, aquel espacio que se ocupaba de trasladar y agasajar en tonos corporativos debe ser marcado como tarea prioritaria donde desplegar recursos de negociación que hagan primar un ganar - ganar construyendo un Valor Funcional que se pueda atar a un Valor Emocional y a un Valor de Responsabilidad Social Corporativo.
Cerca tenemos la posibilidad de vivir una aventura ¡Y yo con estos pelos!