«Me llamo Don Tillman, tengo treinta y nueve años y soy profesor adjunto de Genética en la Universidad de Melbourne. Mi trabajo está bien remunerado, me alimento de forma equilibrada y regular, y mi condición física es óptima. En el reino animal, no tendría ninguna dificultad para aparearme, pero en el humano, nunca he logrado tener una segunda cita con la misma mujer. Los motivos de mi fracaso no termino de entenderlos, y como las estadísticas muestran que los hombres casados son, en promedio, más felices y viven más tiempo, he decidido poner en marcha un programa vital para mí, el Proyecto Esposa. A tal fin, he creado un algoritmo perfecto que me permitirá excluir las candidatas inadecuadas: las fumadoras, las impuntuales, las desorganizadas, las que dedican demasiado tiempo a su aspecto exterior... en suma, todas aquellas que no respondan a los estrictos criterios que se exponen en el cuestionario de dieciséis páginas que he elaborado. Este libro es el informe científico —aunque me han explicado que hay que denominarlo novela— acerca del resultado de mi proyecto. Quien lo lea descubrirá que la candidata menos apropiada se llama Rosie; y también encontrará la respuesta a una pregunta fundamental: ¿puede el amor cambiar la vida de una persona, incluso de un individuo como yo?»
Esta es la carta de presentación de un personaje de lo más atípico. Lo que Don ignora, a pesar de su elevado coeficiente intelectual y de su mente analítica, es que tiene Síndrome de Aspergen, lo que le dificulta interactuar con la gente que lo rodea. No entiende que los demás se dejen llevar por los sentimientos; estos son aleatorios, volátiles, imposibles de definir con una base científica. Sin embargo quiere iniciar una relación de pareja y, como nunca ha superado la primera cita, decide iniciar la búsqueda de la mujer perfecta para él como si se tratara de un proyecto científico basado en la coherencia y unos parámetros muy determinados. Lo que Don no sabe es que los sentimientos no entienden de raciocino, de lógica y su búsqueda se convierte en un viaje disparatado que le ayudará a entenderse y de paso asimilar las reglas del mundo que lo rodea. El punto fuerte de la novela es el protagonista, Don nos cuenta sus inquietudes en primera personay si bien podría deducirse por su forma de actuar que es un hombre insoportable y emocionalmente plano, enseguida se hace un hueco en el corazón del lector porque sin proponérselo es ingenioso, divertido, incluso conmovedor.
En contrapartida aparece Rosie, que nada tiene que ver con la mujer que busca Don: no entiende de matemáticas (requisito indispensable), no es puntual (otro requisito fundamental porque la impuntualidad es una pérdida de tiempo), es vegetariana (detalle incomprensible para él), fuma (signo de autodestrucción ilógica), se maquilla (un claro síntoma de inseguridad), etc… pero es guapísima, despierta en él curiosidad y, cosa asombrosa, la necesidad de ayudarla. Proyecto esposa es una novela sorprendente por su frescura y por su protagonista que, en clave de humor, narra las vicisitudes de una persona que no empatiza con los demás a la hora de desenvolverse en una sociedad que lo tilda de rarito, lo que suele derivar en una reacción de rechazo por parte de los que nos consideramos normales. Lo que Don resalta con una lógica aplastante es que no siempre nos comportamos de manera coherentes, y los que mandamos mensajes erróneos somos los "normales". Esta novela, que se lee rápido y arranca muchas sonrisas, habla de relaciones humanas, de lo que deseamos de manera obsesiva y lo que en realidad necesitamos. Resulta difícil de entender pero, a pesar de la escasa emotividad de Don, el lector se enamora del personaje. Este protagonista tan peculiar debería inspirar lastima pero el autor consigue que Don sea irresistible y resulte imposible dejar de leer, porque llegado a un punto, lo que más deseas es que Don encuentre su lugar y a alguien que le acepte tal y como es.
En cuanto leí el argumento me sentí atraída por la novela a pesar de las escasas referencias, quise saber más, y ahora que la he acabado, me ha dejado un muy agradable sabor de boca y una sonrisa en los labios. Graeme Simsion ha conseguido convencerme de que todos necesitamos a un Don en nuestras vidas. Muy recomendable.