Rampage fue un famoso videojuego arcade de 1986 que este año adapta libremente el director Brad Peyton para la gran pantalla en Proyecto Rampage. No podemos pedirle otras cosas a un blockbuster como este con personajes estereotipados, buenos o malos, guión predecible sin giros sorpresas o planos y movimientos de cámara sin riesgo del jurásico y pasta a mansalva utilizada para unos efectos especiales con un CGI cantarín que sirve al propósito mayor del reino que es entretener a grandes y medianos, los pequeños se asustarán con algunas escenas subiditas de terror.
Proyecto Rampage comienza pareciéndose a un Gorilas en la niebla de saldo o un caro Jumanji acaba convirtiéndose en Mi gran amigo Joe con un gorila gigante albino que además de comunicarse con lenguaje de signos se cachondea no solo de The Rock, el primatólogo sucesor de Charlize Theron, sino de todos nosotros. Entre medias Negan sin su bate de baseball Lucille rememora la mejor escena de La momia de Tom Cruise, el Deathstroke de Liga de la justicia hace de sí mismo y la ciudad de Chicago ¡ esta vez no es Nueva York! sale mal parada de un ataque gigantesco de tres animalejos con más mala uva que los dos hermanos de la malvada empresa genética que ha experimentado con el ADN animal. Por tierra, mar y aire los tres bichos gigantes mutantes llegarán hasta el ring improvisado en donde se entretienen destruyendo todo a su paso y combatiendo con un inutil ejército que siempre acaba todas las misiones con una bomba de destrucción masiva. Los rascacielos no pueden detenerlos, ni tampoco una antena que se llevará todos los golpes o un helicóptero que parece hecho de vibranium de Wakanda. Davis y Kate junto a la ayuda interesada de un agente de una organización gubernamental tratarán de minimizar los daños y detener la destrucción que pueden causar este simio, este caimán y este lobo de proporciones mastodónticas.
El verdadero objetivo de todos es el salvamento de alguien o algo, una ciudad y sus habitantes, Harvey Russell, la doctora de genética, el gorila George o el propio Davis que como un Supermán sin cabina telefónica no le afectan las balas, las heridas se le curan milagrosamente y tiene tiempo de conquistar a la chica de turno que cae rendida antes sus pectorales de hierro y sus músculos de acero ¡por una vez no se quita la camiseta a lo Cristiano Ronaldo celebrando un gol importante! El que no se salva sabe que acabará muy mal, en el estómago de uno de estos animales monstruosos o enterrado bajo enormes piedras caídas del cielo.
¡Qué importa que sepamos el final antes de ver el principio! ¡Qué importa la nula construcción de los personajes! ¡Qué importa el humor tontorrón y simplista de toda producción de The Rock! ¡Esto es Hollywood! En Proyecto Rampage solo importa el espectáculo de pirotecnia de este director que besa el suelo por donde pisa Michael Bay y la destrucción de cualquier cosa animada o muerta por parte de estos monstruos que no viven en un armario ¡se lo comerían enterito! y que las peinetas no se las ponen en el cabello sino que las hacen con su mano.
Si solo recauda la mitad de lo que ha hecho mundialmente su anterior película The Rock, esta vez sin juegos de por medio, ya habrá salvado la inversión. Es por ello que ha estrenado dos semanas antes de Infinity War de Marvel y dos semanas después del taquillazo de Spielberg. Warner sabe lo que se hace y prefiere no competir con el coloso Disney y sus superhéroes. La crítica se ha cebado con Proyecto Rampage pero yo no lo haré porque de verdad sabía lo que iba a ver y no me ha defraudado lo más mínimo incluso la destacaría entre otras de su misma liga que en cuanto a escenografía empatan pero que caen en desgracia cuando la acción se detiene, aquí algunas historias no nos sacan un bostezo, como la del hermano enfermo que siempre recordará Kate o el rescate de George en la jungla de Ruanda cuando unos asesinos mataron a su familia dejándolo huérfano.
Pacific Rim tiene este año un serio competidor y los Oscar del año que viene otro candidato más a la estatuilla aunque con Ready Player One lo va a tener complicado. En los dos hay un King Kong saltando de rama en rama, quiero decir de edificio en edificio y un valiente héroe que salva al mundo real o virtual. Comienza la temporada de grandes peliculas de entretenimiento ¡demos un gran grito y golpeemonós el pecho como George!
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