Has decidido tus prioridades, sabes lo que te mueve en tu día a día y dedicas un tiempo mínimo a cada uno de tus proyectos personales, ya sea entrenar para una maratón, escribir un libro, o trabajar en tu negocio. Gracias a los pequeños pasos diarios, avanzas poco a poco. Y en algún momento te das cuenta de que con estos pequeños pasos de tortuga ya no te basta: quieres más, y no sabes cómo conseguirlo con una agenda tan apretada.
1 paso de gigante, 10 pasos pequeñitos
Las orugas tiene una forma muy peculiar de moverse. A falta de piernas, utilizan todo su cuerpo para avanzar. Empiezan completamente recostada sobre el suelo, para ir avanzando poco a poco con la parte trasera del cuerpo, sin mover la parte frontal de su sitio. Una vez que la cola se ha acercado lo suficiente a la cabeza (y el cuerpo de la oruga está arqueado), utiliza el impulso de su cuerpo para moverse hacia delante y quedándose nuevamente estirada. De esta manera vuelve a empezar el ciclo, con pequeños movimientos de la cola hacia adelante, seguido por gran el avance de la cabeza.
Los pequeños movimientos de la oruga equivalen a tu dedicación diaria a tu proyecto. Los quince minutos diarios que le dedicas a tu libro, los intervalos sueltos que utilizas para resolver cuestiones varias de tu negocio: todas estas actividades que a primera vista parecen casi superfluas te aseguran las condiciones necesarias para dar el próximo gran paso. ¿Estás preparada?
Convirtiendo la tortuga en oruga
Llega el momento en que los pasos pequeños ya no pueden añadir más valor a tu proyecto. Ahora necesitas dedicar algunas horas para centrarte en tu pasión y tu creatividad para avanzar definitivamente sobre la base que has preparado durante los últimos días o semanas: tomarte una mañana para revisar todo lo que has escrito en las últimas semanas y trazar la estrategia para el próximo mes. Dedicarte una tarde a analizar el status quo de tu negocio y definir los ejes de actuación para el próximo trimestre. De esta forma puedes convertir los pequeños pasos del día a día en un impulso que va mucho más allá de los pasos de tortuga.
La oruga motivadora
El paso de oruga tiene otra gran ventaja: sentirás el avance que has hecho, un ingrediente crucial para no perder la motivación y para poder disfrutar de los pasos pequeños durante el proceso. Revisando y confirmando hacia dónde te diriges, te facilita mantener el rumbo y la ilusión. Así que cuando sientas que llega la hora de ir un poco más allá de la gestión diaria habitual, prepara una cita “contigo misma”: aprovecha toda la energía acumulada, todo el conocimiento adquirido y toda la práctica realizada durante las últimas semanas para dar un gran paso y disfrutar de lo que eres capaz de hacer en un solo día.
¿Te atreves a avanzar este fin de semana?
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Imagen: loopoboy2.0/flickr