Gracias a la realización de pruebas de vocabulario a los dos años de edad, se puede identificar a aquellos niños que tienen problemas en el aprendizaje del lenguaje y así poner en marcha terapias adecuadas que permitan un desarrollo y aprendizaje adecuado, logrando que puedan alcanzar el máximo potencial de aprendizaje. Los expertos nos explican que muchos niños que tardan en aprender a hablar se ponen al día a la edad de cinco años, pero una parte de ellos tienen alteraciones específicas del lenguaje que podrían afectar en la capacidad de lectura y aprendizaje en la escuela.
Estas son algunas de las conclusiones que se han dado a conocer en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) celebrada en la ciudad canadiense de Vancouver. En esta reunión se ofrecieron los resultados de un estudio en el que se pidió a un grupo de padres que realizaran una lista con las palabras que pronunciaba su bebé a la edad de dos años. Los expertos realizaron un seguimiento del progreso de los 49 pequeños durante 15 años. Las pruebas de vocabulario a los dos años de edad determinaron que 23 niños tenían un vocabulario adecuado para su edad, los 26 restantes tenían cierto retraso en la adquisición del lenguaje.
A los padres se les entregó una lista con 310 palabras, debían marcar en la casilla correspondiente las que pronunciaban los niños, incluidas aquellas que no se pronunciaban correctamente, se utilizaban fuera de contexto o con un significado que no era el suyo. A los dos años de edad los pequeños pronunciaban entre 70 y 225 palabras, los que sólo pronunciaban 50 palabras se identificaron como retrasados en la adquisición del lenguaje. Algunas de las palabras comunes en todos los niños eran coche, zapato, gato, perro o no, como sabemos la etapa del ‘no’ es habitual en los niños.
Según leemos aquí, los investigadores del Bryn Mawr College de Filadelfia realizaron diferentes pruebas al grupo de niños que dominaban menos palabras, determinaron que a pesar de que terminaron dominando las palabras y poniéndose a la altura del resto de niños a la edad de cuatro años, quedaron rezagados con respecto al grupo que presentaba un desarrollo adecuado en cada etapa. En el seguimiento, en lo que respecta a gramatica, vocabulario, capacidad de lectura y memoria verbal, se constató que a los 17 años de edad los niños se desenvolvían peor que el otro grupo.
La conclusión es que sería interesante realizar pruebas de vocabulario a los dos años de edad, se podría determinar la causa del retraso en la adquisición del lenguaje, una mala audición, problemas neuronales, trastornos del lenguaje, etc. Es una prueba sencilla que se puede utilizar en dos vertientes, una para determinar el retraso y otra para determinar aquellos niños que sobresalen de la media y así diseñar un modo de actuación que potencie aún más su capacidad. Los expertos apuntan algo interesante, se cree que los niños desarrollan mejor el lenguaje si son participes en conversaciones reales, escuchar por ejemplo la televisión no tendría un impacto en la adquisición del habla. Esto nos arroja otra conclusión, hablar con los niños es bueno para su desarrollo y además es gratificante.