Comenzamos la semana con una breve entrevista que hemos realizado al diseñador madrileño Alberto Corazón (1942). Conocido también por su labor como escultor y pintor, su obra como artista conceptual en la década de los años 70 ha recorrido los principales centros culturales y artísticos de España, Francia, Italia, Alemania, Gran Bretaña, así como Estados Unidos. Dentro de su faceta como diseñador gráfico e industrial, algunos de diseños más significativos pertenecen a logotipos ampliamente conocidos en España: ONCE, Anaya, Paradores, RENFE (Cercanías), Domo de Telefónica, MAPFRE, Junta de Andalucía, Biblioteca Nacional, Teatro de la Zarzuela o Casa de América. Fue fundador y presidente de la Asociación Española de Profesionales del Diseño. A lo largo de su trayectoria profesional, ha obtenido importantes reconocimientos como el Premio Nacional de Diseño (1989), Gold Medal Award del Arts Directors Club (Nueva York), Gold Award del The Designers Association of London y Gold Award del American Institute of Graphic Arts, el premio internacional más importante en el ámbito de la comunicación visual. En el año 2006 se convirtió en el primer diseñador que ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
PS: Dice el diccionario de la Real Academia Española que el término diseño está referido a una traza o delineación de un edificio o de una figura. Pero, ¿qué es el diseño para Alberto Corazón? ¿Es Italia como dicen la Meca del diseño? ¿Qué panorama ve en España?
AC: El diseño es la herramienta de la que nos hemos dotado para mejorar nuestra relación con el universo simbólico que nos envuelve y entorno objetual que nos rodea.Nunca Italia ha sido la Meca del diseño. Sí lo ha sido, durante unos años, del mobiliario doméstico, una pequeña parcela del diseño.
PS: Son muchos los que tienen interiorizados gran parte de sus diseños, numerosos hogares de nuestro país le tienen en sus casas y muchos alumnos han convivido con sus hojas. ¿Cómo se siente sabiendo que su trabajo está tan presente entre el público?
AC: El término clave en la pregunta es “convivido”. Ese es el verdadero sentido de los productos de diseño, convivir con ellos, que formen parte de nuestra cotidianeidad.Cuando eso se da, como profesional siento una gran alegría.
PS: En cuanto a su forma de trabajar, ¿sigue una serie pasos a la hora de diseñar o aborda cada trabajo de forma distinta? ¿Suele busca un tema, una idea potente que le guíe o prefiere dejarse llevar?
AC: Nuestro trabajo responde siempre a un encargo. Y en el propio encargo se dan una serie de oportunidades y otra de limitaciones.Abordo cada trabajo a partir de ellas. No hay método.
PS: Tanto en arquitectura como en diseño, un tema fundamental es la estrategia a seguir, el modus operandi con que enfrentarse a un encargo. ¿Cómo se afronta un diseño que está destinado a crear una nueva palabra en nuestro idioma visual, un símbolo que inmediatamente seamos capaces de asociar con determinada marca o institución?
AC: En el fondo, para mí, cada caso es único. Y por tanto cada uno exige su propia estrategia.
PS: Muchos son los arquitectos que no diseñan tan sólo sus edificios sino que apuestan por una idea global en la concepción de sus creaciones, dedicándole gran atención a los muebles o la señalética. Además de los trabajos para el MOPU y Bilbao, llama la atención el trabajo que hizo para Cercanías, donde se encargó del nombre, el logo, el equipamiento de las estaciones o los propios trenes. ¿Cómo fue aquella experiencia?
AC: Una experiencia única y me temo que irrepetible. Por dos razones: la primera es la de poder abordar un proyecto de esas dimensiones desde el inicio y sin limitaciones. La segunda porque la inteligencia y sensibilidad del cliente, un pequeño equipo de ingenieros, resultaron excepcionales.Para daros una idea. Yo no me relacioné con ejecutivos de RENFE hasta la fase final.
PS: Últimamente cobra fuerza la idea de trabajar en cualquier rama con un equipo de carácter multidisciplinar para abarcar más puntos de vista y solucionar los problemas desde distintos enfoques. ¿Ve esto tan sólo como una práctica experimental interesante o realmente estima que es lo que deberían hacer todos los oficios en los que se trabaja de cara a solucionar los problemas del entorno de los demás?
AC: La palabra clave ahora es complejidad. Cada vez más los problemas y las preguntas tienen que afrontarse desde la complejidad. Los equipos de carácter multidisciplinar serán cada vez más importantes.
PS: Cuando se realiza un diseño, ya sea un edificio o un logotipo, hay que pensar no sólo en el cliente, sino también en los futuros usuarios que tendrán que servirse de él. ¿Qué hace que un diseño sea accesible? ¿Cómo fue la experiencia con la ONCE, donde se encargó no sólo de diseñar el logotipo sino incluso de concebir los propios cupones?
AC: La experiencia de la ONCE fue extraordinariamente compleja desde el punto de vista personal y muy gratificante desde el profesional. Trabajar en comunicación visual con un equipo de ciegos no es algo que pueda describir en unas líneas.Por lo demás, un trabajo que veo con gran alegría, que pasan los años y no solo resiste, sino que crece.
PS: Arquitectos y estudiantes hacen uso con bastante frecuencia de revistas y libros especializados en temas relacionados con la profesión. En este sentido, nos parece muy interesante el trabajo que realizó con la editorial Anaya. ¿Cómo ayuda el diseño a la hora de transmitir conocimientos en un medio como es el soporte papel? ¿Está condenado a ser relegado por los medios digitales?
AC: El papel y el texto digital convivirán perfectamente en el futuro. Cada uno tiene sus oportunidades y sus limitaciones. Esta convivencia creo que es una buena noticia.
PS: Existen algunos diseños en los que muchos coinciden no pasan de moda, que permanecen prácticamente inalterables en el tiempo. En España, vienen a nuestra mente casos como el toro de Osborne o la botella de Tío Pepe. ¿Qué diseño de las últimas décadas le parecen más logrado en este sentido?
AC: Algunos son míos, espero. De modo que por prudencia me abstendré de nombrarlos.De todos modos es muy importante darnos cuenta que, una vez el diseño está en manos del cliente, su vida también lo esta. No hay diseño que sobreviva a un cliente incompetente. Y viceversa. Un cliente competente puede darle más vida a un diseño de la que sería previsible.La estrategia de implantación y la apuesta a futuro que tienen Osborne y Tío Pepe, son las claves de su visibilidad.
PS: Posee un estudio pequeño, donde cuenta con la ayuda de un puñado de diseñadores con los que trabaja desde hace muchos años, abogando más por el trabajo casi manual o de artesano contra las grandes firmas con numerosos empleados, donde el trabajo pasa por muchas manos. ¿Por dónde cree que el futuro pasa, por el trabajo globalizado a gran escala o bien por el retorno a objetos más personalizados?
AC: De nuevo la palabra es “complejidad”. Para unos grados de complejidad se necesitan grandes estudios. Para otros, la escala pequeña y personal será imprescindible.Personalmente, sigue gustándome mucho la propuesta de los años 80: lo pequeño es hermoso.
PS: Según sus propias palabras, el problema del diseño es la enseñanza porque sigue sin haber un modelo definido por estar en un territorio al borde de muchas disciplinas. En este sentido, algo similar ocurre en las escuelas de arquitectura, donde la necesidad de una visión global nos obliga a formarnos no sólo en construcción y estructuras, sino también en dibujo, composición, geometría, urbanismo, jardines... ¿Qué piensa acerca de las enseñanzas que combinan arte e ingeniería, carreras humanísticas y técnicas?
AC: Aquí si que está todo por replantearse. Necesitamos una formación transversal, una visión no tanto global sino integradora. Humanística y técnica tienen que estar amalgamadas, pero desgraciadamente nuestras enseñanzas académicas siguen siendo piramidales y endogámicas.Es, desde el conocimiento, la revolución pendiente.
Os dejamos también con una interesante entrevista que le hicieron desde Magnoliart, magazine de marketing, publicidad, diseño y posicionamiento y un vídeo en el que nos habla sobre diseño desde su propio estudio.