Revista Pareja
Las relaciones de pareja están tocadas no solo por la ideología personal, sino por la ideología familiar de cada uno de los miembros de la pareja. Desde el momento del nacimiento, la relación o vínculo afectivo del niño con los padres, marcan el futuro de lo que será la personalidad del sujeto. No todas las familias gozan de salud a la hora de educar a sus hijos, de manera que los niños, también absorben tanto los problemas de los padres así como su personalidad. Complejas constelaciones psíquicas hacen que las uniones que se establecen entre padre e hijos, marquen el futuro de sus relaciones de pareja. Absolutamente todas las crisis de pareja tienen que ver no tanto con los problemas de comunicación, sino con el no entendimiento de lo que se quiere comunicar al otro. Siempre hay comunicación entre las parejas, pero debemos diferenciar dos tipos de comunicación: la consciente y la inconsciente. La comunicación inconsciente supone un modo, una manera de hablar al otro, compleja de entender muchas veces porque no tiene ni el mismo sentido ni la misma comprensión que una comunicación consciente. Sabemos que el otro nos habla, nos dice, nos comenta, nos exige pero no sabemos de qué nos habla, qué nos dice o qué nos exige. Lo que sabemos es que dice algo pero no sabemos qué o a quien se lo está diciendo. Y aquí entra la maestría del psicoanálisis para descubrir en la crisis de pareja, la comunicación que están empleando pero sobre todo a quien va dirigida. Muchos de los reproches, de las reacciones emocionales intensas que aparecen en la pareja no deja de ser más que el desplazamiento de un antiguo afecto o emoción reprimida, que no pudo exteriorizarse y tiene que ver con algún momento de la historia del sujeto con algunos de sus fantasmas familiares. Una pareja, cómo mínimo son cinco: ella y sus padres y él y los suyos. De manera que las crisis de pareja, suelen ser en su mayoría, desplazamientos de antiguas crisis que tanto la mujer como el hombre tenían de pequeños o de jóvenes con las figuras familiares. Una vez analizado y descubierto que la crisis suelen ser la manifestación de antiguas historias que se hallan vivas en el inconsciente, la pareja comienza una nueva andadura, pero esta vez libre de fantasmas.