Revista Pareja
Familia, amor, deseo y comunicación, son los grupos en los cuales englobamos absolutamente todos los problemas de pareja que originan las crisis y la separación. Una pareja, nunca son dos, sino varios y dentro de esa variedad es donde se incluye los padres, los hermanos y los cuñados. La familia, tiene tendencia a meterse en las relaciones de pareja no tanto por la familia, sino por el permiso que la propia pareja da de manera consciente o inconsciente a la famila. Las mujeres y los hombres, suelen utilizar a los padres de consejeros de pareja y desde ese lugar, la objetividad se pierde, porque cada padre mira por su hijo aunque esté equivocado. De ahí que si la familia se mete es porque se le da permiso para ello. El amor y su pérdida es otra de las grandes causas por las cuales una pareja fracasa. Nadie nos enseña a amar y lo que aprendemos, lo aprendemos de los padres, de ahí la importancia de analizar las relaciones familiares individuales cuando surje una crisis por la falta de amor. La pareja cuando no establece un vínculo amoroso nuevo, suele repetir los modelos aprendidos de la familia. Pero lo que sirve a unos, no sirve a otros y cuando el amor fracasa, la pareja también fracasa. El deseo y su relación con las manifestaciones infantiles de la sexualidad es una de las causas que más desórdenes produce en las relaciones de pareja, ya que la sexualidad en la pareja suele tener connotaciones inmaduras que guardan relación con aspectos insconscientes de la personalidad y que deben ser tratadas con el método psicoanalítico para resolver el conflicto actual. Los trastornos sexuales dentro de la pareja no dejan de ser más que los mismos trastornos que hubieron de generar conflictos en la época de la pubertad y de la adolescencia. Los problemas de comunicación guardan relación con conductas familiares, también aprendidas y que se reproducen de manera inconsciente a la perfección. El silencio no deja de ser más que una manifestación del sometimiento y el sometimiento es una proyección del masoquismo, una variante de la sexualidad perversa. De ahí que callarse y someterse sean dos varias de la sexualidad. Gracias a Dios, el psicoanálisis analiza y descubre que lo que le ocurre a las parejas en sus crisis no son mas que crisis de inmadurez, con las relaciones familiares, con el amor familiar, con el deseo infantil y con inmadurez a la hora de hablar. Todos estos y muchos mas problemas que aparecen en las pareja, tienen solución. Y cambiar de pareja, no sirve si el problema no se ha resuelto, porque se volverá a repetir con la próxima pareja.