Hoy queremos hacer nuestro llamamiento de turno a las editoriales con esta monada de serie. Porque si se la puede calificar de algo es de mona. Love so Life es, curiosamente, la primera serie de Kaede Kouchi y ya ha superado la importante cifra de los 10 tomos, lo que como mínimo puede ser señal de su notable éxito. Publicada en la Hana to Yume de Hakusensha se la puede considerar una de sus series estrella.
Shiharu Nakamura no ha tenido una vida sencilla: perdió a su padre antes de nacer y su madre murió cuando tenía apenas cinco años. Sus conocidos no quisieron encargarse de ella y acabó en un orfanato donde sigue viviendo a sus 16 años, pero que tendrá que abandonar cuando cumpla los 18. Con semejante panorama nadie se imaginaría que una chica como ella sea tan dulce, amable y responsable como lo es ella.
Su sueño es encargarse de una guardería cuando sea mayor y, de hecho, trabaja en una a tiempo parcial por las tardes, tras las clases. Allí disfruta encargándose de los niños, especialmente de la pareja de mellizos Akane y Aoi, quienes le tienen un inmenso cariño. Pero los pequeños tampoco tienen una historia sencilla pues, tras la muerte de su madre, su padre desapareció dejándolos a cargo de su hermano, Seiji Matsunaga, un joven presentador bastante popular que, de repente, se ha encontrado con dos niños muy pequeños a los que no sabe cuidar adecuadamente. Cuando se da cuenta del cariño que tiene Shiharu con ellos y de su mano para hacerles obedecer sin necesidad de peleas decide contratarla como niñera.
A partir de ese día se irá formando un profundo lazo de cariño y confianza y Shiharu volverá a sentir lo que era tener el amor de una familia, si bien no es una situación que pueda durar eternamente, pero mientras, ahí estarán para apoyarse los unos en los otros.
Love so Life es una muestra de historia que, a pesar de ser dulce, no empalaga, que cuenta otros temas más allá del amor romántico de pareja. Hay un enfoque dulce pero serio de las duras historias de sus protagonistas, tanto de Shiharu como de los niños, Akane y Aoi. La serie está rodeada por un halo de ternura que te deja la sonrisa en la boca a medida que vas leyendo. A pesar de que haya momentos duros, de que se traten temas espinosos (acoso escolar, abandono de niños, inseguridad…), la autora los trata con la delicadeza apropiada, mostrando la luz al final de cada uno de dichos problemas. Y esto lo combina con las ocurrencias y pequeñas aventuras de los niños, que nunca se sabe por dónde van a salir, dando finalmente una serie muy completa.
La mayor pega que tiene la serie, como muchas de las serializadas en la Hana to Yume es la lentitud en el avance de la relación romántica, por lo que, como contrapunto, cada pequeño pasito que dan consigue emocionar sobremanera. Por otro lado, tiene de bueno que no se interponen terceros cuyo único motivo para existir es fastidiar a la pareja. Al contrario, los secundarios que van apareciendo van aumentando el círculo alrededor de los mismos, siguiendo su propio camino y desarrollando sus propias relaciones, todo de una manera muy natural, sencilla y agradable. Lo cual no quiere decir que el tema amoroso sea simple o carezca de interés. Está tratado de manera realista y siendo los protagonistas conscientes de lo delicado que es el asunto.
No podemos añadir mucho más. Es una historia que enseguida te atrapa. La inocencia y dulzura de Shiharu, la tranquila madurez de Seiji y, sobre todo, lo adorables que son los dos pequeños forman un grupo protagonista con los que es muy sencillo empatizar. Un shojo con el que se os caerá la baba, con el que pasareis unos ratos de agradable lectura y que os tocará la fibra sensible.
Texto: Belldandy