Revista Comunicación

Publicidad Engañosa y Libertad de Elección.

Publicado el 06 septiembre 2010 por Comicpublicidad
Si lees este blog hace tiempo, o si haces una búsqueda en la etiqueta "Ética", verás que con frecuencia critico a los profesionales que no respetan suficientemente al rey del marketing, que no es otro que el consumidor. Pero también en ocasiones me he rebelado contra quienes siempre encuentran aviesas intenciones, retorcidos contubernios y manos manipuladoras de la conciencia y del individuo por parte del capitalismo en forma de publicidad.
Me encanta la publicidad, creo que cumple una función económica y social imprescindible, y creo, que si bien es necesario que esté regulada en muchos aspectos, en otros se está impidiendo el ejercicio de la libertad, no ya de empresa y mercado, si no del propio individuo. Para decirlo alto y claro. se toma al usuario por tonto.
Pero no los publicistas. Es que las autoridades, creo humildemente, sobreactúan en la defensa de los intereses y derechos del consumidor. Si lo que es correcto es que el estado intervenga en tu bienestar aún en contra de tu capacidad de discernir, vale. Pero lo menos que se puede pedir es que se haga de forma coherente y ecuánime.
Os pondré unos ejemplos recientes, para explicarme mejor.
Hace unas semanas, una empresa me consultó cómo podía solucionar el veto que una Consejería le imponía a una de sus campañas, que por esta ley, debía presentar para aprobación. La campaña era realmente ingenua, pues simplemente incluía un regalo directo de escaso valor por la compra de el producto. Y el problema era que el producto está destinado a los niños.
Los argumentos de la Consejería eran:21162 Ley 29/2009, de 30 de diciembre, por la que se modifica el régimen legal de la competencia desleal y de la publicidad para la mejora de la protección de los consumidores y usuarios.
Artículo 30. Prácticas agresivas en relación con los menores."Se reputa desleal por agresivo, incluir en la publicidad una exhortación directa a los niños para que adquieran bienes o usen servicios o convenzan a sus padres u otros adultos de que contraten los bienes o servicios anunciados."
Resumiendo: no podía usar un anuncio que decía, junto a la foto del regalo:
"Por la compra de X llévate este regalo"
Según la interpretación de esa ley, el regalo podía inducir a la compra de ese producto sólo por el hecho de llevar el regalo, o los niños podían pedirlo para conseguir el regalo.
No están los tiempos para que una norma tan estricta te impida comenzar una venta, así que se negoció con los funcionarios una campaña alternativa. Que se aceptó fácilmente, sólo por cambiar la frase a:
"Gratis para tus hijos".
La razón de la aprobación del nuevo texto era evidente: Ahora nos dirigíamos a los padres, que son quienes tienen que tomar la decisión de compra, por el bien de sus hijos, y según lo que pretende la ley, sin atender a que los niños lo pidan.
La situacíón, hasta aquí, me parece bastante grotesca. pero si os digo que el producto en venta es del tipo especializado que debe prescribir un profesional autorizado, me lo parece aún más. Me explico.
Si las autoridades nos impiden dirigirnos directamente a los niños para que éstos no pidan un producto concreto que ellos no pueden comprar directamente porque son menores de edad, por simple lógica, estamos dando a entender que el padre es un irresponsable que no sabe lo que le compra a sus hijos y que los profesionales, tanto el publicista como el vendedor, tampoco son responsables en su trabajo, y no les preocupan las consecuencias de lo que venden. Por eso, seguramente, ofrecen un regalo, para engañarte y hacerte picar.
Resumiendo otra vez: Tratan de tontos a unos y de sinvergüenzas a otros.
Ahora bien, insisto en que si las autoridades consideran que no se pueden hacer anuncios dirigidos a los niños, para que éstos pidan lo que quieren a sus padres, ¿me puede explicar alguien porqué empresas como Cola Cao lo hacen tan descaradamente como en este campañón? (El de "Mi Cola Cao, que no me lo cambien") Porque imagino que a los padres que estén en paro y no tengan más remedio que elegir marcas blancas, no les hará ninguna gracia ver a tantos niños decir en pantalla que "rechaza imitaciones" y "que si no es el original, no es lo mismo". Os dejo el video para que opinéis, si queréis.

Y ya puestos, cierro mi defensa de la inteligencia del consumidor, y la capacidad de usuario para salir de una tienda sin comprar si se considera estafado, con una noticia en la que una asociación de consumidores denuncia a diversas cadenas de óptica por "publicidad engañosa" al anunciar precios que luego no se cumplen siempre por culpa de la letra pequeña. Les daré la razón en que la letra pequeña tiene que ser lo menos pequeña posible y que todas las ofertas tienen que estar completas en sus distintos soportes. Pero también, me gustaría saber cómo puedo seguir haciendo anuncios atractivos de ofertas reales sin que venga a decirme cómo hacerlo para no parecer que engaño.
Si yo digo que vendo gafas completas a 30 euros, no me digas que te engaño porque las gafas son las más básicas. No hace falta ser muy listo para saber que no serán de oro y con la última tecnología. Vale que tiene que quedar claro antes de entrar que si tengo más de 8 dioptrías no podré tener ese precio, por ejemplo, pero si la oferta es real, déjame que me dirija a la mayoría del target que es a quien le puedo hacer la oferta. Porque, como siempre le he dicho a mis cliente en estos casos, engañar por engañar no sirve. Si entro por una oferta y no existe, o me siento engañado, me doy la vuelta y no vuelvo a entrar en tu tienda. Y no me siento más inteligente que los demás. Tampoco me han puesto una pistola en la nuca para que compre. La decisión es mía, e incluso si me han engañado, la ley me permite devolver la compra. Supongo que todos vosotros, haréis lo mismo.

Volver a la Portada de Logo Paperblog