Revista Opinión
Recapitulando
Fin de año, principio de año, es tiempo de recapituación, de hacer una especie de aquel examen de conciencia para sacar conclusiones con vistas a un futuro no demasiado lejano.
Mi familia espiritual o intelectual, que no sé bien cuál de los calificativos le corresponde mejor, anda un poco desarraigada.
Algunos/as incluso han desaparecido del mapa como la sin par CarmenRH, quien por cierto es una especie de Guadiana, que aparece y desaparece porque sí. En sus otras desapariciones, mi inquietud se calmó en seguida porque comprobé que seguía apareciendo esporádicamente por blogs tales como el de Escolar, pero esta vez no se muestra por ningún sitio lo que, descartando la posibilidad del acontecimiento más grave que a los mortales puede sucedernos, me induce a pensar que esta especie de arcángel se nos ha enamorado tan profundamente como ella hace todas las cosas, de lo que nos alegramos. Y es que los arcángeles de verdad no están hechos para estas cosas.
Por supuesto que sé que soy demasiado exigente pero es que yo, que parece que no tengo otro remedio que ser el jefe de esta manada, he de serlo para que ésta no se me desmande aún más y, sintiéndose incluso abandonada de su pastor, opte por la desbandada.
Antes de proseguir, quiero advertiros que utilizo para el orden de enumeración el simple criterio cronológico, o sea que el orden de aparición por aqui de las "dramatis personae" no implica ni mucho menos un orden de preferencia, por supuesto que me puedo equivocar porque mi puñetero cerebro nunca ha sido una máquina y ahora, con los años, mucho menos aún.
En este orden de cosas, creo que le toca el turno a corazón rojo, respecto a la cual tengo yo dudas sobre si no es mi preferida, porque uno aprecia mucho más lo que de ningún modo tiene, ella es la mesura, el silencio, la paciencia o la perseverencia, o sea tiene casi todo lo que yo necesito y no tengo, pero también comete errores, como ese angelical ser humano que es.
El otro día , me reprendías porque yo no aceptaba a algunos de aquellos habituales de Saco y citabas incluso a uno de ellos que se significó por algunas cosas realmente execrables, es cierto, sí, que la suerte la ha hecho caer de nuestro lado como podía muy bien haber caído del otro donde estaría por supuesto mucho mejor porque él reúne algunas de las “mejores” cualidades de la ultraderecha: es un cobarde y, además, un desagradecido, es un cobarde porque se achantó de mala manera cuando uno de los santones sáquicos arremetió contra él ya no recuerdo con qué motivo y, cuando yo acudí en su ayuda, se revolvió contra mí que, volcando en la que él consideraba entonces, cuando yo empezaba por aquí, indefensa persona toda la ira, toda la rabia que no se atrevía a utilizar contra el que le estaba machacando, dijo de mí que era y soy feo y tonto pero sobre todo viejo y comenzó a llamarme despectivamente "güelo". Efectivamente, corazón, este tipejo escribe lo mismo que casi todos nosotros pero yo te aseguro que es una mala persona y como decía yo ayer, a propósito de Vargas Llosa, para mí la calidad personal está muy por encima de sus méritos instrumentales.
En cuanto a mi viejo, querido y fiel amigo “camarada”, sé lo que pasa por su cerebro y su corazón, porque es precisamente lo mismo que sucede en los míos, creo que acierta plenamente cuando afirma que Público se equivoca o lo que es mucho peor aún adopta una falsa postura respecto a algunos de nuestros más querido representantes a escala internacional como son Fidel Castro y Hugo Chávez, pero también creo saber por qué lo hace.
Roures y laspersonas a las que él ha encargado que defiendan la línea editorial del periódico ni son liberales ni son tontos, por ello saben mejor que todos nosotros que no podrán sobrevivir de ninguna manera si no aceptan, estratégica y tácticamente, ciertos principios, para tomar parte en una partida que ellos precisamente no han organizado, de modo que o admiten las reglas neoliberales o se quedan absolutamente al margen del juego y esto sería precisamente un error estratégico de incalculables consecuencias.
Una de esas reglas indiscutibles que rigen el juego es la de que el Imperio, aunque sólo sea en el fondo, tiene razón. Lo que sitúa inmediatamente en fuera de juego a Castro, Chávez y a todos esos otros gobernantes sudamericanos que no se alinean con el inefable y melifluo asesino que responde por Obama, simplemente porque hay que tener mucho estómago para hacerlo.
Pero yo te rogaría que tuvieras en cuenta, al enjuiciar todo esto, no sólo a esos sabios que definieron la política como el arte de lo posible sino también lo que nos enseñó el que quizá sea el más completo de los hombres de letras que ha dado nuestro género.
Sartre, el tipo que tuvo los santos cojones de rechazar el Nobel, escribió una obra que tituló “Les mains sales”, Las manos sucias, en la que sostiene la tesis, que yo admito incondicionalmente, como casi todas las suyas, de que para hacer política, “velis nolis”, quieras o no quieras, no hay más remedio que mancharse las manos.
Para no manchártelas, camarada, hay que hacer lo que ahora mismo hacemos tú y yo, mantenernos fuera de la partida de cartas, que se juega en los escenarios reales del conflicto, aquí, en internet, sí que se puede ser un arcángel, y siendo como somos enteramente libres, exigir lo imposible, pero allí, en medio de la lucha, no, allí, hay que adecuarse a las posibilidades reales en cada caso, y si Público hubiera optado desde el primer momento por Castro, Chávez "et alteri", ni siquiera le hubieran dejado participar en el juego, juego del que, de todos modos, parece que están a punto de echarlo.
(Continuará)